sábado, 31 de marzo de 2007

SOS

La comunicación no existe.
La piel sí.
El tiempo no existe.
El momento sí.
La felicidad no existe,
tenemos la alegría, el humor
y el orgasmo para consolarnos.

Una tarde en que la primavera joven se peleaba con un invierno ya cansado. Sonó el teléfono. Que si daba mi apoyo a una campaña para declarar ilegal el beso con lengua. Uf.

Vale. Estoy de acuerdo en que somos sólo química y física. Todo lo que nos pasa se podría escribir con fómulas matemáticas. Dicen los científicos que todavía les faltan conocimientos. Yo creo que no hay huevos. Porque una de esas fórmulas debería describir los besos que se nos atragantan. Las caricias que se quedan en los bolsillos del pantalón la noche de un viernes raro y pasan por el prelavado, lavado y centrifugado. Los recuerdos del puto noviembre en que la conocí. La mala suerte. El vértigo. El helado de nueces de Macadamia. Su boca. El no soporto despertarme solo. Y aquel mar. Aquel mar ligeramente murciano que me abrasó. Su boca veneno bueno. Tremenda, adictiva. Aterrrizar en New Hampshire. Las cosas que ocurren dentro de una tienda de campaña. Su boca debe tener también una fórmula matemática como la tiene la nave Endeavor de la NASA. Pero más compleja.

Una tarde en que me da por el culo que el 99 por ciento de las canciones que se han escrito hablen de amor. Y de forma especial las rancheras.

La comunicación no existe.
La piel sí.
El tiempo no existe.
Menos aun el ayer.
La felicidad no existe.
Pero no me hace falta
si puedo hundir la cabeza
en el temblor de tu vientre.
Y desde ahí rezar: SOS.

jueves, 29 de marzo de 2007

Status

No, no soy una reina.
Bzzzzzzzzzzzzz.
Trabajando.
Sí, de flor en flor ¿qué pasa?
Una gota aquí, otra gota allá.
Bzzzzzzzzzzzzzz.
Miel.
Y más miel.
Yo soy una obrera.
Bzzzzzzzzzzzzzz.
Y a mucha honra.

martes, 27 de marzo de 2007

Palabras que encontré en la calle XI

Tengo la certeza de que moriré joven, como James Dean,
no puedo permitirme el lujo de dormir esta noche lejos de ti.

Única frase en un cuaderno hallado junto a un contenedor.

sábado, 24 de marzo de 2007

13 con 75

Hoy me he ido desde mi casa bordeando la M30 hasta el nudo norte y luego a la estación de Chamartín, de ahí a Plaza de Castilla. He bajado la evenida de Asturias enterita, hasta Sinesio Delgado. He recorrido hacia la derecha el parque de la Ventilla y luego el de Agustín Rodríguez Sahagún. La huerta del Obispo y Calle Ofelia Nieto hasta Francos Rodríguez.

He llegado a la Dehesa de la Villa y me he hecho un tour. Hay un mirador desde el que se ve la A6 (cuesta del hipódromo) la Casa de Campo, la Sierra... espectacular.

He vuelto a Francos Rodríguez, he cruzado a Bravo Murillo, Sor ángela de la Cruz, Alberto Alcocer, Costa Rica y a casa. Bueno, he parado en el Caprabo para comprar algo para la cena y que la cajera me viera orondo de dicha tras la gesta.

Yo creo que se ha emocionado.

Es muy tímida y no ha levantado la vista de la sepia, el brócoli, las naranjas y los 6 paquetes de donuts. A través del aura modelo Perico Delgado que me rodeaba he creído percibir un ligero temblor de sus labios y una palpitación levísima al decir: 13 con 75.

viernes, 23 de marzo de 2007

Resumen de la semana

Es viernes. Paso el aspirador. Ordeno la mesa mientra miro atrás y hago resumen.

Un bateador que golpea a un ciclista en internet (juego).
Un policía sacando a un tipo del coche a punta de pistola (realidad).
Una lotería llamada concurso público. Un beso en el boleto.
Una noche en blanco.
Emails.
Mensajes en el móvil.
Frío en Madrid.
Piscina.
La prolija colección de patillas sevillanas que presencié en Deloitte.
Cena del día del padre con mi hija.
Un Mevoy,nopuedomás.
Dosis razonables de felicidad.
Macarrones con chorizo.
Despertar con Horacio Icasto y pasar el día con Amy Winehouse.
Falta de sueño, vida de sobra.

martes, 20 de marzo de 2007

Empujón

Hoy me ha costado un triunfo la piscina. Hay qías que ni lo piensas pero hoy... Primero el ir. "Que hoy no hay atasco, que hoy no hay atasco, PERO SI HOY NO HAY ATASCO..." He vencido esa tentación.

Luego en el vestuario me parecía que hacía frío. Pero me he quitado la camiseta. Calentar no me ha costado nada. Brazos, espalda, cuello, algo de piernas, muñecas, antebrazos, y un poco las piernas. Sin esfuerzo. Me he duchado como los gatos un martes en piscina climatizada... cuatro gotitas en la nuca y poco más. Y luego ha llegado el momento decisivo.

-No lo pienses.

Pues claro, ese es el problema, que hoy vengo piensón, y miedoso.

He metido el pie y aunque mi cabeza decía que 22 grados, mi corazón gimoteaba que eso era el Volga en enero y sin vodka.

Al final ha llegado una viejecita que suele recorrer la piscina subida en un churro flexible de corcho de color amarillo, lo más parecido a un caballito de mar que yo haya visto en Las Matas.

-Señora, usted sería tan amable de darme un empujoncito.

-Claro, majete, encantada.

lunes, 19 de marzo de 2007

El Día del Padre (II)

-Hoy es el Día del Padre. ¿No me vas a dar un beso?, pregunto.

-No. Es el Día del Padre en España, no en Londres, responde C.

El Día del Padre


Así me ve mi hija con 8 años.
En el estudio.
¿Cómo no voy a adorarla?

domingo, 18 de marzo de 2007

y=10*sen(x)-10 contra y=100*(x-int(x))-50

Dice un amigo que estar en pareja da una línea anímica sinusoidal de rango 10 mientras que estar solo da una dientes de sierra de rango 100.

Otros decimos que vivir sólo te hace más propenso al síndrome LPMR*.

A veces los dientes de sierra muerden.
A veces la sierra corta. Y sangras.
Lo peor es que no hay nadie a mano para echarle la culpa.
Nadie que te dé las palmaditas en el lomo que se le dan a los perros: tranquilo King, tranquilo.
Lanzas mordiscos que sólo rasgan el aire.
Aúllas a una luna indiferente.
Por más que te frotes no hay manera de librarte de las pulgas.
A veces los dientes de sierra muerden.
A veces la sierra corta. Y sangras.

Entonces la llamo y le pido el candado para cerrar la caja de Pandora. Le pido las tiritas, la mordaza, cualquier cosa que ella haya usado para no gritar. Nunca la he visto gritar. La admiro por eso. Ella no me contesta. Ni siquiera ha recibido mi mensaje.

Pero noto sus dedos arando mi pelo. Desactivando las minas sembradas, por los años, los miedos. Acaban pringosos de cuitas y trampas. Lávate bien las manos antes de ir a la cama, le recomiendo.
Y ahora ya, los dientes no muerden, la sierra no corta, y puedo dormir suavemente acunado por una sinusoidal -no sé cuánto durará- de rango 10.

LPMR: Siglas en castellano de La Puta Montaña Rusa

viernes, 16 de marzo de 2007

Paul McCartney

Me despierto escuchando Love de los Beatles. Es una recopilación muy cuidada que han hecho George Martin (el productor de los Beatles) y su hijo para el emporio Cirque de Soleil. Y para todos nosotros. Yo al menos la disfruto mucho.

Por ejemplo esta mañana.

Me ha dado por pensar en el pobre Paul McCartney. Me lo he imaginado en su casa despertándose con el cedé Love y pensando que es una verdadera faena que en 2007 lo que se escuche de él no sea su último trabajo sino aquello de los cuatro de Liverpool.

Paul piensa que lo de los cuatro de Liverpool está fenomenal para pagar cosas. Pero en lo creativo está hasta las narices de los cuatro de Liverpool. Es como si al separarse los Beatles, el mundo le hubiera bajado a segunda división (con sueldo de primera, eso sí).

Y luego lo de la mujer. Qué faena. Imagínate que eres Paul McCartney y se te muere tu Linda. Linda era una chica majísima, muy amiga de sus amigos, que aparte de querer sacarle los ojos a Yoko no tenía malas intenciones. E hizo su papel -esposa de Beatle- fenomenal. Con discrección, con cariño, sonriendo en las fotos... Y luego llega la otra, Heather Mills, la arpía que lo enamora (¡¡un Beatle enamorándose de la primera que pasa!! con lo que él ha sido) le saca un hijo.

PM.- Pero Heather, cariño, si yo ya no estoy para críos...

H.-Que sí, que sí, que nos queremos mucho los dos... y será fruto del amor sincero, y así, que se entere el mundo que eres un machote a tus 62.

PM.- Pero si podría ser su abuelo.

H.- Paparruchas, eso son paparruchas (pepper root chess, en inglés)

Para mí que fue una cuestión de orgullo, de querer demostrar... que se picó Paul.

En un años empiezan los reproches, los malos rollos... Fíjate tú, con Paul McCartney malos rollos. Pero si él no es capaz de hacer daño ni a una mosca. Si es vegetariano, y defiende la paz mundial y está todo el día de la huerta al estudio de grabación y del estudio a la oenegé y de la oenegé a la huerta. Todo es huerta, estudio y oenegé. ¿Cómo se puede discutir con Paul McCartney? Una arpía, te digo yo que es una arpía.

Al final le ha sacado 37 millones y medio de euros. Por cuatro años de matrimonio. Sin contar la pensión anual que le queda a partir de ahora. Echo cuentas y a Paul le ha salido cada hora de matrimonio a 1050€ -contando todas las horas de esos 4 años. También aquéllas en las que ella dormía. Me parece una inmoralidad cobrar 1050€ por cada hora que duermes. Podría seguir dividiendo y echar una mirada a cuánto le ha costado cada galleta de las de aquella tarde aciaga en la que Mills dijo: Paul, cariño, voy a hacerte unas galletas, como las hacía mi madre. Dos horas metida en la cocina 2100€. Cada galleta a más de 100€. Vamos, que me pasa a mí, veo que se le quema una tanda y me tiro por el balcón.

¿Una partidita a la play station? en nada que te pones Paul ha pagado medio millón de las antiguas pesetas, y seguro que ni se dejaba ganar ni nada, la muy...

Para que luego digan que las modelos son tontas.

jueves, 15 de marzo de 2007

Duermo en la nieve

Gloria Fuertes tiene fama de poeta para niños.
Cuando le cuento a alguien que la leo, siempre me recuerda el scketch de Martes y 13.
Aquí hay una muestra de que no sólo escribía para niños,
también escribía para niños.
Como tú y como yo.

Las cosas hermosas hay que compartirlas.


Duermo en la nieve sin luz de tus sábanas,
-la almohada sigue oliendo a tu pelo-:
nada es igual -si no lo miramos juntos-;
voy a olvidarte y enseguida vuelvo.

Vuelvo enseguida a recordarte tanto,
que mire lo que mire allí te veo.

Rezo tu nombre. Te nombro en el espejo,
rompo mi copa, subo a la montaña
a recitarte versos.

Lloro con causa
sin motivo río
agua de río o de mar
de llanto o lago,
agua quiero beber,
pero en tu boca.

G. Fuertes

(Lo mandó lomix)

miércoles, 14 de marzo de 2007

Momentos

La vida está plagada de momentos estupendos que exprimir. Situaciones que disfrutar. Desde ese árbol a la puerta de tu casa en el que ya no reparas, a un cielo, a una canción. Casi todos son gratis. Absolutamente gratis.

Miro hacia atrás y los momentos más deliciosos han sido una compañía (a palabras o a silencios). O un mirar. Mirar como quien bebe. Mirar en plan tómame y haz de mi lo que quieras. Mirar de por favor por favor que se me quede grabado y me dure siempre.

Debería estar prohibido no emocionarse. Debería ser delito la indiferencia. Habría que rehabilitar a los muermos, a los que ya están de vuelta, a los que lo saben todo...

A la música, que nos emociona cuando tenemos 14, solemos cerrarle la puerta de mayores. Las canciones ya no nos evocan aquel momento. Las privamos de la capacidad de transportar recuerdos, de exaltarnos, de soltarnos la risa, la lágrima o la ternura. Por decreto. La oímos como quien oye llover. Fregando o trabajando. Indicio de que algo no nos funciona bien. De esto hablábamos cenando, tranquilamente.

Casi todos los buenos momentos son gratis.

Sólo hay que tener el talento, la inocencia o el valor. E ir a por ellos.

martes, 13 de marzo de 2007

Kurt

Según Kurt, este fragmento aparece en el último libro de Antonio Gala, lo transcribo tal cual:

Palmira Gadea contempló su jardín sevillano a través de la celosía de la ventana de cedro y, mientras acariciaba el tallo de unos tulipanes colocados en un bello jarrón de cristal de roca, pensó: “menudo pollón tiene el jardinero”.

Las manos somos fans de Kurt.

Del Kurt salvaje y provocador del principio y también del Kurt actual, más elegante y tranquilo. Siempre mordaz.

Suelo leerle los viernes. No sé bien por qué.

¡¡Por favor que alguien le ayude a mudar su blog a negro sobre blanco!!

lunes, 12 de marzo de 2007

Golf

Me levanto y hace un sol espléndido.

Decido ofrendarle a la ciudad mi graciosa presencia . En concreto la versión montado en bicicleta. Me equipo con casco, chaleco reflectante, botella de agua y pundonor, y apunto al parque Juan Carlos I.

Como sólo son las 10 el parque está casi vacío, sólo lo usamos unos cuantos raros. Silenciosos, solitarios y raros. La mañana es magnífica, un poco fresca.

El parque Juan Carlos I es una instalación preciosa preciosa desde 400 metros de altura, pero lo que es a ras de suelo es un maldito laberinto.

Según entro, un cartel avisa de que los ciclistas deben mantenerse en los carriles habilitados para ellos. Hoy me he levantado obediente, mira por dónde, y pienso respetarlo. Intento seguir las señalizaciones. Pero resulta imposible. ¿Alguien puede decirme qué significa un icono con cuatro niños dándose la mano en corro? ¿Espacio reservado para la amistad y el buen rollo? ¿Zona de mucho viento no suelten a los pequeños? Están en el mismo cartel que la bicicleta. No entiendo nada.

Paro a descansar justo en la parte que limita con el campo de golf.

Analizo este deporte.

El golf consiste un 95% en arrastrar un carrito, un 4% a intentar golpear una bolita demasiado pequeña con un palo equipado con un golpeador demasiado pequeño. Y sólo el 1% meter la bolita y regocijarse.

Un hombre que no cumplirá los 50, situado a unos 20 metros lleva cuatro intentos. Desde donde estoy puedo ver con claridad que está afeitando la hierba junto a sus pies. Le grito:
- Oiga
- Sí, qué quiere.
-Un poco más a la derecha -apoyo con un gesto de la mano.

Por la manera en que ha arqueado las cejas deduzcoo que no agradece mi consejo. Una mirada desde fuera suele ayudar.

Después de mirar un buen rato a ese y a otros jugadores veo muchísimas similitudes entre el golf e ir al mercado con carrito (un 94%). Si le añadimos el agacharse a recoger los papeles que podemos encontrar en el suelo llevándolos a la papelera más cercana, el parecido alcanza el 100%. Se mueven exactamente los mismos músculos, y para darle más interés se puede llevar una libretita en la que apuntamos cuántos papeles encestamos, bien por pura satisfacción o para mejorar en el ranking del barrio. En cada papelera, con rotulador indeleble, podemos pauntar el par.

Es más gratificante ir con carrito al mercado porque casi siempre se encesta, no como en el golf. Y nuestro compañero o compañera de piso cuando volvemos con el carrito agradece de corazón que hayamos cumplido con una labor doméstica. Eso sumado a que se ahorra el riego empleado en los campos y que se pueden dejar esos grandes espacios abiertos para que empresarios avispados especulen con el ladrillo y el país progrese...

Porque para practicar el golf con carrito de la compra sólo hacen falta las instalaciones ya existentes en el propio barrio. Yo no sé a qué está esperando el Consejo Superior de Deportes para derogar el golf de una vez.

domingo, 11 de marzo de 2007

El móvil

Leo en una entrevista a una escritora que no conozco que, según ella, el mejor invento del siglo XX ha sido el teléfono móvil. Y pienso.

-¿Cómo quedábamos antes?
-¿Cómo eran las llamadas perdidas de entonces?
-¿Y si teníamos que avisar que llegábamos tarde?
-¿Y las urgencias?

Y me contesto. Vivíamos, indudablemente, mejor. Sin angustia, sin interrupciones, sin mono de mensajes, llamadas... El que llegaba tarde ya sabía dónde debía ir. La manada tenía sus costumbres y bien estaba aquí, o bien estaba allá. No había muchas alternativas. Si no podías ir, no pasaba nada. Como mucho, te localizaban desde una cabina. Previsamente, claro, la máquina se comía tu duro, como Dios manda. Las conversaciones no se interrumpían por el vibrador ni el soniquete. Tu lectura en el café de la esquina, tampoco. Nadie te dejaba con la palabra en la boca cuando ibas hablando por la calle y de golpe le sonaba el móvil y tu seguías con tu charla y cuando te querías dar cuenta, tu acompañante estaba a otra cosa. Al móvil.

Yo vivo enganchado al móvil. Lo adoro.

sábado, 10 de marzo de 2007

Sin Título 2

Mi compañera está buscando en internet algo sobre el motín de Esquilache. Pero anda pensando en otra cosa. Me mira.

-Desde luego, donde esté un amor imposible que se quite todo lo demás ¿verdad?

-No te preocupes, que mañana -a ver si me acuerdo- te compro 100 gramos de amor imposible.

-Son los que menos problemas dan.

viernes, 9 de marzo de 2007

Maybe Haiku

Éstos son mis poderes.

Contemplo mi explotación agraria satisfecho.

Pensando en mi hija, orondo exclamo: "algún día todo esto será tuyo". No se lo digo para no cargarla de responsabilidad, es aún muy joven. Y también para que no piense que su padre está loco.

Pero no era ostentación de terrateniente lo que quería hacer en este post. Todo lo contrario. La plantita de la izquierda en su humildad me ha dado una lección. La amplío.

Llevo un mes cuidando este semillero. Quizá más. Lo riego. Lo pongo al sol. Lo saco a la terraza si hace bueno. Lo meto cuando -como hoy- hace frío. Alguna especie está saliendo como debiera. Pero otras se resisten. Me interesan los 60 cuadrados. Pero no por igual. Reconozco que tengo debilidad por esta plantita.

Esta plantita.

Cada vez que paso al lado me paro a mirarla. Sin tocar. Le hablo. Focalizo en ella todos mis deseos de que crezca y se haga fuerte. Creo que se lo he dicho hasta en inglés. Ella permanece muda. Ni un gesto, completamente quieta. No me llama. Tampoco me rechaza. Y crece, pero muy muy despacio. A su manera. ¿Será mi impaciencia?

El caso es que esta tarde he aprendido de su silencio que hay cosas que no se modificarán por mucho que yo lo intente, ni aunque vierta lo mejor de mí.

Que lo correcto es dejarlas al sol y al tiempo expuestas.

Que como con las almejas,
intentar abrirlas sólo sirve para que se cierren con más fuerza.

Que no hay material más recio que las ideas.

Que me basta, ante este pequeño milagro, con estar cerca.

Quizá sea aplicable este haiku a un hijo, a una canción, a un folio en blanco o a esa tuerca de la bici que se oxidó y ahora no hay manera.

Quizá sea simplemente el clamoxil, que me debilita la mollera.

jueves, 8 de marzo de 2007

El ángel de la guarda

Nos hacemos mayores poco a poco.

Muchas veces no somos conscientes de lo que significa este proceso.

Es a toro pasado cuando nos enteramos. En ese momento nos da satisfacción el enterarnos, pero la cosa ya no tiene arreglo.

Por ejemplo nos damos cuenta muy tarde de que nos parecemos a nuestros padres mucho más de lo que nos gustaría. Incluso en esas cosas pequeñas que desde que cumplimos 14 repudiamos. Y ocurre que si lo hubiéramos descubierto antes, quizá podríamos haber nadado a favor de la corriente en vez de en contra.

Otro ejemplo es la marca indeleble que nuestro infantil catolicismo nos dejó. La ocultamos, renegamos... y sin embargo...

Cuando tenía 4 años compartía cuarto con mi hermana. Dos camitas en paralelo. Todas las noches venía mi padre y rezábamos con él el Padrenuestro. Un coñazo, la verdad, no se entendía casi nada. Nosotros preferíamos el jesusito de mi vida eres niño como yo, por eso te quiero tanto y te doy mi corazón. Tómalo tuyo es mío no.

Más fácil de memorizar.

Y además.

A cambio de un corazón que no llegaba nunca a salir de nuestros pechos infantiles teníamos la oportunidad de identificarnos con el ídolo infantil universal. Un chollo. Éramos amigos de ese bebé palestino de ojos azules (primer milagro de Jesús digan lo que digan), abdominales poderosos que le permiten mantener las piernas elevadas durante siglos, y dotado de una resistencia a la hipotermia tal, que puede estar en pañales mientras su padre, su madre, el burro y el buey se pelan de frío. Se ha infravalorado históricamente el daño que la aparición de Supermán causó al niño Jesús. Otro gallo le habría cantado a la Santa Madre Iglesia si el niño Jesús hubiera podido volar y hubiera tenido una malla chula en vez de túnica y sandalias. Quizá muchos seríamos ahora creyentes en vez de tener una colección inmensa de cómics.

Pero la oración number one para mi hermana y para mí, la que más nos gustaba con mucha diferencia, era la que dice: Cuatro esquinitas tiene mi cama, cuatro angelitos que me la guardan, uno me da leche, otro me da lana y otro mantequilla para la semana. Siempre nos quedó la incógnita de qué hacía el cuarto ángel mientras los otros 3 producían. Mi hermana tenía la teoría de que él era quien vigilaba de verdad las cuatro esquinitas de la cama. Yo por mi parte me debatía entre la hipótesis a: en toda estructura productiva puede haber un gorrón vaguete que disimula mientras los demás dan el callo y eso no entorpece el proceso. Nuestro país era un ejemplo vivo, y la Iglesia otro, según mi abuelo y mi tío respectivamente. Hipótesis b: el angelito en cuestión, por andar descalzo se había golpeado con una de las patas de la cama (como tantas veces me había pasado a mí) y estába de baja por fractura del astrágalo.

La presencia de 6 u 8 ángeles alrededor de nuestras camitas (dependiento de si atendíamos a los dos primeros versos o a los dos siguientes) era suficiente para que mi hermana y yo durmiéramos felices y tranquilos. Se puede decir que esas presencias intangibles eran fundamentales para nuestra paz de espíritu. Eso y el beso de buenas noches, claro.

Nosotros, a falta de explicaciones ulteriores, siempre pensamos que el ángel de la guarda eran en realidad 4 3 según se mire). Más efectivos de seguridad de los que lleva un concejal. Si me caía en el patio y me arañaba las rodillas me fastidiaba que estuvieran en mi cuarto (probablemente jugando a las cartas) en vez de acompañarme a la escuela. Pero se lo perdonaba pensando que su intercesión había impedido una rotura de hueso o algo peor.

Cuando efectivamente se me rompió un hueso... entonces ya habían empezado a salirme los pelos y las presencias intangibles estaban en declive.

Tengo casi 40 años. Y los ángeles que cuidan las cuatro esquinitas de mi cama son bastantes más de 4, se han esparcido por el mundo. Y conocedores de las nuevas tecnologías me mandan de vez cuando un SMS, un email, o me sorprenden con una llamada. Detrás de un discurso más o menos complejo y quizá con alguna falta de ortografía yo detecto ese "sigo aquí, puedes dormir tranquilo, no estás solo" que me sosiega.

La mantequilla, la leche y la lana son mucho más fáciles de conseguir.

miércoles, 7 de marzo de 2007

Errores ajenos

La chica que atiende la panadería del mercado de mi barrio es de algún país del este. Lleva gafas de pasta. Es flaca cual baguette. Y morena cual baguette olvidada en el horno más de una hora y más de dos.

La chica que atiende la panadería del mercado de mi barrio no controla bien el idioma. El nuestro. Y cuando le pido barra me da candeal, y si le pido de leña, me da 7 cereales. Y como, además, soy de los que cambia cada día dependiendo de lo que vaya a cocinar... pues peor.

Si yo fuera un fundamentalista de un tipo de pan concreto ya la habríamos tenido. En cambio ha ido a dar con alguien que carece de obsesiones, en el ámbito del pan.

La procedencia de la chica que atiende la panadería del mercado de mi barrio, así como su desconocimiento de nuestro idioma me han descubierto panes que nunca habría probado. Y están bien ricos.

Esto contradice la teoría de mi padre por la cual nunca se aprende de los errores ajenos.

martes, 6 de marzo de 2007

Miles Davis

Escucho a Miles Davis mientras el cielo sigue gris (hoy no me apetece ese color),

Me fijo en la letra de la canción.

Miles tenía un inglés muy correcto. Y buen acento. De hecho es de los pocos artistas anglosajónes a los que siempre entiendo.

Dice Miles que tiene la ternura algo indispuesta, las manos ásperas de esperar, y el corazón, sorprendentemente, en fiestas. Dice Miles que sueña con un Chevrolet rojo cruzando Harlem, pero no necesariamente en movimiento. Dice Miles que si duele, entonces no está muerto. Me pide que sople como los tres cerditos para sacar todo lo que lleve dentro. Dice Miles que espere. Dice Miles que salga corriendo.

Ahora viene el pianista.

Y luego el contrabajo.

Luego regresa Miles y trae el viento.

Dice Miles varias veces, será el estribillo, lo dice en fa y en si bemol,
que no existen ruidos más fuertes que el silencio.

lunes, 5 de marzo de 2007

Acreedores y deudores

Hay dos tipos de personas: las acreedoras y las deudoras.

Las acreedoras son aquéllas que sienten que merecen lo mejor, simplemente por ser quienes son. Entran a una tienda y esperan que les atiendan con solicitud. Son tan, tan todo, que sus amigos deben estar encantados de conocerles. El mundo entero debería hacer una manifestación pública de reconocimiento. Van por la vida con una pregunta, a veces latente y a veces explícita: ¿dónde está mi trono?

Las personas deudoras dan las gracias. Por todo. Empiezan el día y saben que se lo tendrán que currar. Que será una suerte cualquier cosa que consigan porque ellos al fin y al cabo tampoco merecen nada especial, y sus talentos y sus trabajos son más o menos como los de los demás. Van por la vida con una afirmación: hay que ver, qué silla tan cómoda.

domingo, 4 de marzo de 2007

Liberación

Meses de opresión, de caras tristes, de lloros, de rechinar de dientes... El tiempo pasa. Ella corre. Tienen los dos pies en el aire, como en un sueño. Hace unas semanas recuperó la sonrisa. Se merece correr. Y más. Corre C.


sábado, 3 de marzo de 2007

Mensaje


Soy agnóstico.

Y tengo una espiritualidad de todo a 1 euro tuneada por mi mismo a lo largo de los años. Escasa, sí.

Los que me conocen saben que soy bastante escéptico y me río con la revista Integral tanto como viendo una de los hermanos Marx.

Mi conflicto surge cuando presencio un proceso natural tan hermoso como el eclipse de ayer.

No había ni una nube en el cielo de Madrid.

En esos momentos pienso que hay un mensaje, algo nos quiere decir la luna. Si no, por qué iba a ponerse ese traje rojo y desnudarse otra vez. La luna sabe que todos la estamos mirando.

No todos, porque C. vio el principio y luego se durmió.

Me quedo escuchando, abro bien los ojos. Pero no soy capaz de descifrarlo. Otros con el mismo talento y más morro se atreven a decir que si tal que si pascual, que si tiene un lío con Casiopea o que si va a entrar en Aries y por eso...

No, para mí es tan cierto que hay un mensaje como que no lo entiendo. Y esto me pasa en otros aspectos de la vida (aprovecho que estoy en el diván y he pagado la sesión y lo suelto todo). La certeza de que está ocurriendo algo frente a la certeza de que mis entendederas no dan para comprenderlo.

Se preguntarán quizá, si me incomoda o me molesta.

Ni lo más mínimo.

¿Alguien de ustedes entendió el mensaje?

viernes, 2 de marzo de 2007

Gustos

Me doy un paseo por casa de Uma b. y descubro una lista de gustos. Es evidente, sobre gustos no hay nada escrito. Excepto en la casa de Uma b. Me gusta ese juego, me gusta hacer listas. No como en Alta fidelidad. No. Listas de gustos, de sueños, de colores... listas me gusta/no me gusta. Se lo acabo de escribir a una amiga en un correo. Y la he invitado a jugar. Si queréis, venid...

La mano que escribe:

Me gusta
Comer helado, la playa, el calor de morirse de calor cuando tengo un sitio donde refrescarme, el frío, la nieve, conducir, hacer el amor, comer galletas con mordisquitos pequeños, leer, bailar, el color verde. También el azul. Las contradicciones, las historias, los besos, las manos, las bocas y lo culos...

No me gusta
El flan, el calor cuando no tengo la posibilidad de refrescarme, que se me mojen los pies si estoy calzado, el color marrón, los barcos, el whisky, irme a la cama pronto, que me insistan, los sesos y porquerías como esas, que me hablen cuando no quiero que me hablen, los vagos...

La mano que toca:

Me gusta

Leer en la cama durante el día, que me regalen flores por sorpresa chicas morenas, las sorpresas. La gente que no le tiene miedo a los sentimientos. El mar en invierno. Los gorros y otras cosas de llevar en la cabeza excepto el pelo (por ordinario). Los nevaditos Reglero. Las caricias sin prisa (y las urgentes) los pendientes, los calcetines de colores. Adoro en las personas la capacidad de reír y de hacer reír. Las paredes vacías. Las casas de los amigos. La luz natural a raudales. La madrugada. Los fuegos artificiales de cerca. Cierta nuca. Los aviones. Los comentarios en el blog.

No me gusta
El queso, las corbatas. Detesto el queso con corbatas y también las corbatas con queso. Las encuestas, las estadísticas. Las listas de cosas que gustan y no gustan (excepto la de Uma B). Las persianas y otras cortapisas de la vida, ver la tele. Las burocracias; los rediles y las filas indias, por extensión. Las conversaciones de los vestuarios masculinos de los gimnasios, las respuestas previsibles, los boys scouts (sobre todo el uniforme y las canciones) Las uñas rotas. El aburrimiento. El aburrimiento.
El aburrimiento.

Horóscopo

Leo 22 jul - 23 Ago

Es un espectáculo maravilloso ver una leona en plena carrera por la sabana de África. Contemplar los saltos, los músculos en perfecta coordinación, la mirada fija. Es un espectáculo maravilloso y fascinante ver cómo apoya las patas, cómo se impulsa, como se eriza su melena. La mandíbula y los músculos faciales relajados, la mirada sólida.

Es un despliegue de energía fulgurante y de una belleza magnífica.

Cualquiera lo contemplaría con admiración rindiéndose ante la madre naturaleza por crear criaturas tan ágiles y hermosas.

Excepto.

Excepto la gacela que va delante.

jueves, 1 de marzo de 2007

Gatwick

-El DNI, caballero.
-Oh... sí... perdone... vaya, creo que lo he perdido... Tenga el pasaporte.
-Disculpe, pero usted ya ha pasado. Acaba de entrar.
-Debe haber una confusión...
-No, usted ya está sentado en el avión.
-No, perdone, no es posible. Es evidente que no es posible.
-Lo es, mire.

Mi foto. Un asiento asignado a mi nombre. Ventanilla.

Sigo atrapado en Gatwick.

Mudanza

Han pasado 7 años y pico desde que nació a2manos . Y ha sido una de las experiencias más emocionantes de mi vida. Auténtica, arriesgada...