jueves, 30 de agosto de 2007

Sin Título

Me duele una anatomía incierta, rara.
No me la ubico.
Y por eso estoy tentado algunos días
de decir que no me duele.

Pero me duele.
¡Vaya si me duele!

Dentro del amplificador que forman mis costillas...
entre el bazo y el brazo...
este otro costado...
No sé bien.

Miro hacia atrás y se me pasa.
Será el mover el cuello, el levantar la vista...
Presiento que no estás,
que te has marchado.
Y al presentir me duele una anatomía imprecisa, rara.

Será quizá ese órgano donde cristalizan los abrazos.

miércoles, 29 de agosto de 2007

Necesidad

Me meto en mi cama vacía.
Y, antes de dormirme, la quiero un rato.

Quedamente.

En voz baja.
Como quien musita una salmodia.

Para que no se despierte.
La quiero sin su consentimiento,
sin su conocimiento, de extranjis.

Le escribo y no le mando.

Como dicen en el metro:
"No es por vicio, es por necesidad"

martes, 28 de agosto de 2007

...mortadela sin ti

Es sábado y he decidido no trabajar, cosas mías.

Me voy al súper. Compro 250gr de un jamón muy de bellota y un Ribera de 23€ la botella..

Llego a casa, subo a la cocina y lo extiendo en un plato bastante bonito. El jamón, claro.

Cojo un vaso y lo lleno hasta la mitad. Con vino, tinto.

Miro el holograma, la etiqueta de diseño, la DO, el número de serie...

Me siento,
y al rato de lo que debería ser un homenaje,
un exceso y un frenesí...
me doy cuenta de que el jamón bueno
me sabe a mortadela sin ti.

domingo, 26 de agosto de 2007

La Puta Coca

Él se está matando con la puta coca. No es que se le haya desgastado el tabique. No es que mañana un ictus le deje vegetal en una silla de ruedas. Es que se está matando de soledad, que es el cáncer peor de todos.

Ya nadie le llama. Cuando nadie te llama te mueres.

Ya nadie le cree. Cuando nadie te cree estás muerto.

Cuando sólo te coge el teléfono tu camello, algo no anda bien.

Qué podemos hacer sus amigos.

Podemos escribir un discurso bonito y emotivo para leer cuando vayamos a su entierro.

Podemos alejarnos para que si tira de nosotros no nos hundamos con él.

Podemos prestarle más dinero para que se meta más, que es lo que quiere, y acabe antes. Podemos no prestárselo para que se desespere y se tire por la ventana. Podemos darnos la vuelta, mirar a otro lado y quedarnos con el recuerdo de su talento y su sentido del humor brillante bien trituraditos sobre un espejo.

Vuelvo en bici del centro y le veo durmiendo en los bancos de la Castellana.

Hoy no me interesa la coca como el aderezo transgresor y picante de las biografías de Joplin, Porter, Hendrix o Mick Jagger.

A él la coca no le hace genial e inspirado, solo le inyecta sangre en los ojos y le insta a poner un ladrillo tras otro en el muro que le aparta del resto del mundo, que le garantiza la soledad oscura. El muro que poco a poco, le va quitando la vida.

miércoles, 22 de agosto de 2007

Libertad y libertinaje

No hay que confundir libertad con libertinaje.

Esta era una de las frases preferidad de mi abuelo.
Frase capciosa como pocas. El enunciado ya te plantea un yin y un yan, un bien y un mal, un blanco y un negro.... A ver, si "libertad" es palabra mayúscula... por eliminación "libertinaje" es malo, negro y yan.

Pero ocurre que "libertad" es un término demasiado complejo, esquivo... los filósofos llevan años dándole vueltas y no se ponen de acuerdo. Que si miedo a la libertad, que si tal y que si cual. Pasa que "libertad" es una palabra muy grande para mí. Me desasosiega como compañera, me exige mucho.

Por eso me quedo con "libertinaje", que es como más pret-a-porter. Le atribuyo etimologicamente ser hija de un libertino y nieta de abordaje (por ejemplo) Y me mola, me mola "libertinaje".

Además me sigue valiendo la frase de mi abuelo "No hay que confundir libertad con libertinaje" con una nota al pie que diga: Mientras te aclaras con qué significa la libertad, practica el libertinaje, sé práctico.

Otra frase genial era esa de: Los extremos se tocan.

La decía también mi abuelo, pero no aportaba ninguna prueba.

Además, y si se tocan ¿qué?

Yo creo que en la generaciones anteriores el "tocarse" era sinónimo de infierno. De esta manera, me da a mí que mi abuelo decía que los extremos son malos (lo que subyace a la frase) no tanto por ser radicales como por tocarse. Pero quizá no fuera así y mi abuelo quería decir otra cosa como por ejemplo que de pequeño había visto a un fascista y a un comunista morreándose y metiéndose mano en un parque y la escena le inspiró esa frase. Leída de esa manera, hay que reconocer que es un prodigio de síntesis y elegancia.

Y ahora, mis queridos lectores, como ejercicio de vuelta de vacaciones, en vez de la consabida redacción, manden ustedes frases célebres y expresiones que les hayan conmovido especialmente durante su vida y que recuerden.

Salud

lunes, 20 de agosto de 2007

¿Para qué sirve la gente?

Tirados en la arena
hablamos de la estética de los orgasmos
hablamos de las parejas desparejadas
hablamos de las soledades acompañadas
hablamos de los te quiero que no llegan
hablamos de los que llegan tarde
(los te quiero, ya insípidos, tardíos)

Tirados en la arena
sentimos que llega el frío
sentimos que el sol se va
sentimos que el día se acaba
sentimos que las palabras no nos conducen donde queremos

Papá, ¿para qué sirve la gente?
És una más en una sucesión de preguntas de ese tipo:
¿quién creó el espacio?
¿qué había antes del planeta?
Yo no creo en Dios... Bueno, a veces sí...

Ella está en esas cosas ahora.

De golpe no hay más sonido en mi cabeza.
Papá, ¿para qué sirve la gente?
"Yo creo que para nada, hija".
Es lo que debería decir. Pero la engaño y armo un discurso sobre la imaginación, la creación, la bondad, el amor, la solidaridad... No sé si creérmelo, pero es lo que hago. Yo, que no sé para qué sirve la gente.

Tirados en la arena
nos miramos y sonreímos y carcajeamos
nos queremos sin decirlo
nos confesamos sin hablar.
Quizá para eso sirve la gente. No lo sé.

domingo, 19 de agosto de 2007

Esto me pasó a mí

Viví con una mujer que a menudo me recordaba que no me quería.
Lo decía un lunes, por ejemplo. Y no se alteraba ni un poco.
Lo decía sin maldad. No como quien lanza un cuchillo, más bien como quien corta con él unos pimientos. Era un hecho cotidiano, como que el sol sale por oriente, y nadie tenía la culpa, era así y ya está. Parecerá contradictorio y masoquista pero a día de hoy creo que lo decía con cariño.
Yo algunos días analizaba y pensaba en qué resorte le obligaba a manifestarme su desamor. Lo analizaba a la luz de las teorías que nos fueran más favorables, sobre todo a ella.... Otros días simplemente me jodía.
- Tú estás enamorado de mí, es normal. Por cómo tú eres y por cómo soy yo. Y yo no. Te quiero, pero enamorada no estoy. Lo sé porque lo estuve de Luis. Uf, aquello sí que fue una pasión.
Se suponía que a mí no debía afectarme escuchar aquello.
Las primeras veces... aghhhh.
Las segundas veces... bahhhh.
A todo se acostumbra uno.
Llegó un día en el que ya estaba muy acostumbrado a que me quisieran como se quiere a un séter (caro y con pedigrí, eso sí). A que la acción hubiera devenido en una camaradería, en un compañerismo, en un buen rollooooo... Qué estupendo es sentarnos en el sofá a leer y ver crecer las margaritas, ¿verdad cariño? Ni siquiera me di cuenta de que ya no me decía notequieros.

Había salido a mear, yo solo, ya no me escapaba. Y en la calle alguien me dio unas palmaditas en el lomo, me sonrió, me dijo uyquechuchotanmono. Le hice todas las gracias que me sabía: darle la patita, tumbarme boca arriba, etc. Y aplaudió. Le comí todos los caramelos. Volví a casa moviendo el rabo de un lado a otro más contento que unas pascuas.

Estaba yo haciendo la maleta y me vino aquella mujer con unos tequieros sinceros, magníficos y relucientes. A mí no me extrañó que los tuviera nuevecitos, eran seis años los que llevaba sin usarlos.

- Te sientan muy bien esos tequieros, te hacen más joven y más guapa. No dejes de ponértelos cuando salgas a la calle.

No, no se lo dije. ¿Para qué?

sábado, 18 de agosto de 2007

Poesía

Tengo instalados dos sistemas operativos en mi disco duro.
Quiero decir en el HD que llevo entre las orejas.
Con uno escribo las canciones y con otro manejo el Excel.

Al levantarme por la mañana me arranco en uno o en el otro.

Porque yo empecé la vida en PC, venga a pensar y a pensar. Y me fui quitando, poco a poco. Rehabilitándome. Instalándome sentimientos y emociones. Me pasé a MAC, me hice salvaje. Me salió rana. Y caro. MAC es caro, todos lo sabemos.

viernes, 17 de agosto de 2007

No me entiende

Un día piensas: me entiende.
Y esa impresión te da fuerzas,
te hace sentir bien.
Como si no estuvieras solo,
como si fuera verdad,
como si fuera posible.

Pero llega otro día y piensas: no me entiende.
Y entonces vuelves a la casilla de salida
y vuelves a agitar los dados.
Te sientes un poco perdedor.
Y el estar sereno y en lo cierto
no te consuela.

jueves, 16 de agosto de 2007

Aire

Hundir la cabeza en tu melena.
Como quien huele una flor.
Pan caliente,
Uvas, quizá.
Inhalar, con suerte, alguno de tus pensamientos.
Aspirar profundo.
Esnifarte.

Me da igaul que se desnude la luna.
Me da igual que el sol siga solo.

Quiero hundir la cabeza en tu melena.
Como quien reza.
A un mendrugo de pan.
A un vaso terciado de vino.
Inhalar, con suerte, alguno de tus sentimientos.
Ojos cerrados.
Respirarte.

miércoles, 15 de agosto de 2007

Mujer descalza

Una mujer descalza en la boca de metro.
De pie.
Va bien vestida, espera a alguien.
Espera a alguien con la tranquilidad que da el estar seguro de que va a llegar.
Es de noche.
La boca de metro está en un barrio de las afueras.
Nadie entra ni sale, nadie camina por la calle. Ella sigue allí y yo la miro al pasar.
Me gustaría ser mujer descalza en la boca de metro.
De pie.
Y tener la certeza de que va a llegar.
¿Quién? No sé, alguien.
Estar tranquilo.
Sentir en la cara el aire fresco de la noche y en los pies el cemento aun caliente.

lunes, 13 de agosto de 2007

Las fotos

Hojeo el álbum, paso las hojas.
Ojeo el álbum, paso los ojos.

Siempre sales rara en las fotos.
Con la mirada diciendo una cosa y la boca otra.
Una expresión ambigua, que un despistado podría llamar melancolía.
Es que no hay manera de encontrarte una risa franca.
No hay quien te pille despeinada.
Descolocada.
Podría pensar que es cosa de que te relajes y te laves la cara.
Pero no.
Si no sabes mirarle a la vida con vertiginosa y espontánea alegría dificilmente podrás sonreír a esa cajita estúpida que llamamos cámara.
Es por eso que siempre sales rara en las fotos.

domingo, 12 de agosto de 2007

A los franceses les gustan las lánguidas

Salgo del cine de ver una película francesa.

Llevaba un tiempo que no iba a ver películas francesas porque estaba cansado del rollo del anticuario cuarentón que conoce a una chica de 30 con una innfancia problemática -pero no mucho- que ahora trabaja en una galería de arte y ambos se entrelazan en una historia de una gran intensidad metafísica en la que pronto se pone de manifiesto la incapacidad de ambos para alcanzar alguna forma de felicidad a pesar de contar con un nivel intelectual altísimo. Puaj. Para vomitar. Los franceses se toman muy en serio a si mismos y se les estaba atragantando la grandeur.

La de hoy me ha sorprendido porque tenía presentación, nudo y desenlace, una estructura narrativa tan clásica como eficaz. ¡¡¡¡¡Había una historia!!!!! Parece como si a los cineastas franceses durante muchos años les hubiera parecido horrorosamente vulgar que a la salida del cine un telespectador pudiera contarle a otro en tres frases de qué iba la peli. Leías la sinopsis y se descolgaban con un: "el director reflexiona sobre la profundidad del blanco, mientras los personajes se asoman a la superficialidad de la nada con una actitud de riesgo bastante ambigua lo que les lleva a una crisis existencial en la que recapacitan sobre la idoneidad de los sentimientos mirándose en el espejo de una sociedad absorta en la negrura de un destino no elegido" El único sentimiento idóneo era el aburrimiento ante esa sucesion de fotogramas vacios que sólo eran un monumento a la falta de imaginación del cineasta.

El Extraño
es una historia de amor bien contada en la que se pueden echar unas lagrimitas muy a gusto. Tiene sus trucos y algunos planos de más, pero se disfruta. El director no va de vanguardista por la vida y por eso se le disfruta y se le entiende. Pero si bien ha hecho una película entretenida y consistente no ha podido librarse de una de las lacras del último cine francés: la pava con ínfulas. Desde que Juliette Binoche sacralizara la cara de pazguata, en toda película francesa tiene que haber una chica insulsa con expresión de sosa a la que -ante la falta de repertorio gestual- le atribuímos una vida interior intensa de narices.

O eso, o es que a los franceses les gustan las lánguidas.

viernes, 10 de agosto de 2007

Callar

No siempre callo cuando debo.
Por falta de criterio, de oportunidad, de talento... pero sobre todo porque el verbo deber y yo no nos llevamos bien.
Al final no importan tanto las razones como las emociones, por mucho que te empeñes.
Si las razones no nos defienden de la soledad, si no nos ayudan a encontrar caminos... quién quiere estar del lado de las razones.
Incluso rodeado de gente se siente la soledad.
Porque la gente es razones y también emociones.
Pero menos.
¿Y te extraña que apueste por las emociones?
¿Y te extraña que reniegue de las razones?
No siempre callo cuando debo, ya lo sé.

jueves, 9 de agosto de 2007

Sin Titulo

Si puedo elegir,
llámame ola.
Ni río, ni estanque,
ni grifo, ni mar,
prefiero ola.

Si puedo elegir,
llámame pan.
Ni filete, ni fresas,
ni azúcar, ni sal,
prefiero pan.

Si puedo elegir,
llámame ahora.
Ni ayer, ni mañana,
ni pronto, ni después,
prefiero ahora.

miércoles, 8 de agosto de 2007

Córdoba

Paro en Córdoba.
En una gasolinera, en la autopista.

Y está justo poniéndose el sol.
Ese mismo sol, detrás de esas mismas montañas... lo miró un califa.
Estoy seguro.. Una tarde de agosto como ésta.
Sintiendo, como yo ahora, que al ocultarse nos perdona.
Cuando aquí, en vez de fábricas y miles de casas y autopista y gasolinera, había vergel.

Vergel y califa.

El califa y yo tenemos el 99,9% del material genético idéntico. O quizá más. Una obsesión parecida en la cabeza. Un manojo de miedos muy similar.

Y un sol que, ocultándose, nos perdona.

En Córdoba. En una gasolinera junto a la autopista.

Mudanza

Han pasado 7 años y pico desde que nació a2manos . Y ha sido una de las experiencias más emocionantes de mi vida. Auténtica, arriesgada...