jueves, 27 de mayo de 2010

Palabras que encontré...

La verdad es que no estoy muy interesado en tu virtud, pero tengo mucha curiosidad por conocer tus pecados.

R. Verper. Las tardes carpichosas en Villa Mistrone

viernes, 21 de mayo de 2010

El arte



Desde hace mucho tiempo defiendo que en los museos, al lado del nombre del cuadro, debería ponerse el precio de la obra.

Hay gente a la que no le importa en absoluto este dato, y pueden disfrutar o detestar una pintura independientemente del precio, esos obviarán el cartelito. Pero hay otros muchos que aumentarían mucho su goce si supieran cuánto cuesta lo que están viendo. Por ejemplo, quien ha elegido este titular está de acuerdo conmigo, ni el autor, ni el título, ni el formato, ni la técnica utilizada se merece las letras de molde grandes... lo más importante es el precio. Lo malo es que en el periódico de al lado donde este ha dicho 100 millones dicen 500.

Reconozcamos que es muy difícil valorar lo que estamos viendo en un museo, no estamos preparados para decir qué cuadros son los buenos y cuáles son regularcillos. Porque si unos señores muy listos los han colgado ahí, digo yo que ninguno será malo. Pero, francamente, ayudaría mucho que pusieran el precio. Así sabríamos cuánto cuesta La Rendición de Breda de Velázquez. Ya puestos, que escriban en una tabla lo que cobró Velázquez por pintarlo, en lo que lo compró el museo (de ser el caso), en lo que lo valora la aseguradora, y la última oferta que hizo un magnate ruso.



Los museos ganarían mucho público, estoy convencido.

Y lo mismo alguno, de tanto ir y abrir ojos y boca, se aficionaba al arte.

jueves, 20 de mayo de 2010

Gominolas

No he podido resistir la tentación de comerme un par de gominolas.

Exactamente 5.

5 es una cifra extraña para formar "un par".

Estaban bastante duras, llevan ahí desde diciembre.

Eran gominolas del Tipo: Moras. Subespecie: Gordas. Color: rojo y negro.

Hay básicamente dos maneras de comerse las moras, a saber, una es masticarlas sin preámbulos ni compasión y dejar que esa explosión de sensaciones dulces inunde la boca. La otra es chuperretearlas dentro de la boca hasta que se desprenden los granitos, dejando que se disuelvan éstos sin morder. Y luego ir notando como se ablanda y mengua el cuerpo desnudo de la mora. Mengua en tamaño pero desde luego no en su capacidad de proporcionarnos placer.

El primer método proporciona un éxtasis orgiástico intenso y desordenado, con aromas de pecado carnal, lo que se denomina comúnmente el aquitepilloaquitemato de las gominolas. Mientras que el segundo es un striptease sensual, adagio lento ma non troppo, y los dulzores se dosifican en un retropaladar largo y lleno de matices. Este segundo método es mucho más peligroso: provoca adicción.

Recuerdo a Amanda, mi adorada Amanda.

Húmeda, dulce y tierna.

No consigo acordarme de qué color tenía los ojos.

martes, 18 de mayo de 2010

La parra escuálida

He puesto una tumbona en la terraza.

Ha hecho mal tiempo y hasta ayer no pude utilizarla para una de las actividades que más placer me proporcionan: tumbarme de noche mirando al cielo.

Pasan muchas cosas cuando te tumbas mirando al cielo de noche sin hacer absolutamente nada.

La cabeza estaba muy cerca de mi parra escuálida. Tengo 3 parras: una joven y briosa, otra añosa y fuerte, y tengo una parra escuálida que ni chicha ni limoná, ni se muere ni se estira, ni da sombra ni da ná. Mi cabeza estaba cerca de la maceta de mi parra escuálida y reparé en que la suave brisa zarandeaba su tronco. Me sorprendió tanto movimiento. Si una noche tan tranquila como la de ayer el tronco de mi parra escuálida sufría esos vaivenes, qué contorsiones no aguantaría, la pobre, un día ventoso de enero, o de abril o de septiembre... Me fijé y las otras parras tenían sus troncos bien atados a las patas del toldo. A ver si va a ser eso...

Pensé en los potros de tortura de la Inquisición, en los que desmembraban a un hombre atándole de las extremidades y tirando. Me sentí un involuntario Torquemada. Yo había mirado mi parra escuálida por arriba y por abajo, le había dado cuidados extra, extra de agua, extra de poda cautelosa, extra de bolsas de papel para tapar los racimos de uvas (bien pocos y bien flacos), extra de abono de bolitas azules, extra de quitar malas hierbas... pero nunca me había tumbado debajo de ella como lo hace el mecánico con tu coche cuando le va a cambiar el aceite.

Quizá también entenderíamos mejor a las personas si fuésemos, un día, capaces de cambiar completamente el ángulo desde el que las hemos mirado siempre.

Quizá podríamos enfrentar ese problema que se nos resiste sobre nuestra propia soledad si fuésemos capaces de tumbarnos debajo de nosotros mismos, una noche tranquila, con el alma en paz, mirando el efecto que tiene la brisa fresca de primavera sobre nuestros miembros cansados.

He ido a Verdecora y he comprado una caña larga, y la he colocado entablillando el tronco flaco de mi parra discapacitada, sin apretar mucho, para que no se le corte el riego de savia. Y he comprobado que el aire ya no mueve más que las ramas nuevas, los zarcillos y las hojas.

Le daré un tiempo a la reparación, a ver si era de eso.

O de nacimiento.

Pero ya noto que tiene otro talante.

miércoles, 12 de mayo de 2010

La incertidumbre

La incertidumbre y yo nos llevamos bien.

Nos respetamos, nunca nos hacemos daño.

Yo no intento aniquilarla y ella no me vuelve loco.

Pero hay dias que se pone a girar en torno a mi,
como un remolino.
Hay dias en que hasta dormido me da empujones y collejas.

Y me levanto despistado,
descolocado,
descolorido...
y miro al cielo de Madrid buscando compasión,
pidiendo una microscopica certeza.

viernes, 7 de mayo de 2010

Denuncia


Entre todas las injusticias, entre todas las noticias tristes con las que me he topado hoy, una tiene por protagonista a este hombre.

Lo he leído en el Miami Herald. El tipo de la foto trabaja delante de una pantalla de un scáner de seguridad en el aeropuerto de Miami y la emprendió a golpes con un compañero que se burlaba de él.

Pueden leer la noticia aquí en inglés. Pero para los que no conozcan la lengua de Shakespeare diré que, según el Heraldo de Miami, en unas sesiones de formación. Rolando Negrín, el moreno de la foto, pasó por el arco detector ese tan moderno que permite ver a la gente desnuda y los compañeros de curso señalaron que tenía los genitales muy pequeños. No fue sólo ese día, se siguieron cachondeando durante un año entero y corriendo la voz por el aeropuerto: "Rolando la tiene pequeña, Rolando la tiene pequeñaaa, Rolando la tiene pequeñaaaaaaa...." (Lo decían en inglés, supongo.)

El caso es que a Rolando se le inflaron los c****** (sí, esos tan pequeñitos) y le partió la cara al bocazas que había comenzado la broma.

A mí, al leer este tremendo drama, se me ocurren varias preguntas que el periodista del Heraldo ha pasado por alto y que yo, aquí, hoy, no puedo dejar pasar.

Sobre el hecho punible jurídicamente:
¿Por qué detuvieron a Rolando y no al bocazas? ¿Qué agresión es mayor un año de escarnio o un manojito de hostias? ¿No sería el bocazas el auténtico criminal? ¿Acaso el mobbing no es delito en Miami?

Sobre el departamento de Recursos Humanos del aeropuerto de Miami:
Una vez detectada en la sesión de formación la pequeñez, y comprobado el hecho de que dicha pequeñez merma la dicha y la autoestima del trabajador ¡¡¡Cómo se les ocurre ponerle a trabajar en el mismo escáner!!! Rolando se pasaba 8 horas al día viendo pasar pitos de mayor tamaño que el suyo. Eso puede destruir a un hombre en una semana. Cada vez que el equipo de baloncesto local, es un suponer, con esos mostrencos de dos metros, pasara en fila por el escáner, imagínense cómo se sentía Rolando. Es que ese día llegaba a casa y ni cenar podía.

Sobre la seguridad en el aeropuerto:
Un hombre que está obsesionado con el tamaño de su genitalidad, y al que día tras día recuerdan sus compañeros las dimensiones, pongo mi mano en el fuego, que cuando pasaba un hombre por el escáner en vez de mirar si llevaba armas automáticas y explosivos, le miraba lo que cuelga. ¿Cuántos terroristas habrá dejado pasar Rolando por estar centrado en medirles el paquete a los viajeros? ¿es este el país que queremos dejarles a nuestros hijos?

Sobre el periodista que redacta la noticia:
¿Cómo puede ser un reportero tan mala persona y tan ruin como para poner la foto de Rolando? Ahora no sólo el aeropuerto sino todo Miami, y todo el mundo saben que Rolando la tiene pequeñaaaaaaa, Rolando la tiene pequeñaaaaaa... No sólo le han hecho mostrar sus vergüenzas en las prácticas, además se han burlado de él durante un año. No sólo le han detenido por un par de mandobles en defensa propia, además le van a poner una multa. Y para más inri, sí, para más inri, va el periodista y pone en internet su nombre y su fotografía.

Si ese hombre sale del calabozo de seguro buscará una ventana bien alta para lanzarse y la responsabilidad de ese acto caerá sobre todos nosotros, y en especial sobre los que he mencionado en este artículo.

Si ese hombre consigue rehacer su vida y no se suicida, es que es un ser humano excepcional que goza de un equilibrio emocional que ya quisieran los monjes tibetanos. Si Rolando sale de ésta, sólo se me ocurre brindar por él y cantar al mundo su gran talla (humana):

¡Olé, tus huevos, Rolando!

Es un poco tarde

Suena U2.

I still haven´t found what I´m looking for.

Pues eso,

miércoles, 5 de mayo de 2010

Feliz

--No escribes porque eres feliz -dijo ella.
--¿Tú también crees que la felicidad es la gran enemiga del artista?-- contestó él.
--Es una idea trasnochada y algo decadente, pero me temo que en tu caso...
--Cuando estoy bien, no me hace falta nada más.
--Y cuando estás jodido, escribes --dijo ella-- no te puedes quejar.

martes, 4 de mayo de 2010

La vida... Es una buena idea

Siempre queda un viaje por hacer,
besarte en un espejo,
pasear bajo la lluvia sin paraguas,
esconderme con un libro en ningún sitio,
tomar una caña y un verano,
dormir despierto y no soñarme,
cazar un instante con los dedos,
leer un cuento a Paola,
fingir que soy quien soy,
dejar la sombra con resaca,
tragar un lunes descosido,
esperar un gol en el último segundo,
asaltar el banco del olvido.

Siempre queda algo por hacer:
prender fuego a la miseria
y fumar sus cenizas.

La vida... Es una buena idea.

("La vie... C'est une bonne idée".- Óscar Santos Payán, Infierno sostenido)

lunes, 3 de mayo de 2010

El pecado

Voy a hacer la compra. En la lista llevo apuntado: fruta, zumo, cocas, cerves, yogures, donlimpio baños, donlimpio normal, pastillas para el lavaplatos, pan de molde, pescado, queso gouda, chococrispis, pajitas de sorber (encargo de C.)

Cuando he recorrido el tercer pasillo llevo 10 cosas que no tenía apuntadas. Eso está dentro de los márgenes de lo habitual.

Ya sólo me falta el pan. Pero para llegar al pan hay que pasar por las galletas. Es fascinante la variedad de galletas. Algunas tienen nombres exóticos y sugieren emociones fuertes. De repente, desde el montón oigo un psch, psch. Igual que hacen los camellos en Malasaña, los nevaditos Reglero están tentándome, ofreciéndome su "merca". Yo había resistido todas y cada una de las galletas, incluyendo las oreo bañadas en chocolate blanco (¡lo que daría yo por conocer esa bañera!) pero lo de los nevaditos es demasiado.

Me acerco.

Les miro fijamente, cara a cara. Les espeto: ¿Pero no os da vergüenza hacerme esto? Llevo más de seis meses limpio.

Al no haber tenido éxito como camellos, los nevaditos reglero se transmutan en Bo Derek, en las escenas más tórridas de 10, la mujer perfecta, hasta puedo escuchar el Bolero de Ravel. Alargo la mano. La vuelvo a retirar. La vuelvo a acercar. La vuelvo a retirar. Pienso en el infierno, en el pecado, en Adán y Eva, en la serpiente, en las grasas saturadas, en la manzana, en la operación bikini, en la operación Atalanta (esto es una asociación rara que estudiaré luego) y en la madre que los parió a todos.

Pienso en Dios.

Si Dios existiera no permitiría que yo me llevara esa caja de nevaditos Reglero. Porque Dios (de existir) debe saber que yo llevo más de seis meses resistiendo esta tentación. Que casi entoy curado.

Me alejo. Seguro de mi mismo. Orgulloso. Fuerte. Cojo un paquete de pan de molde con corteza tierna, mediano. Me dirijo a la caja. Cuando uno tiene principios sólidos y una convicción, cuando uno es disciplinado y sensato... Suelto el carro y vuelvo a por los nevaditos. Cojo una caja sin pensar. Vuelvo al carro. Voy a pagar. Miro alrededor: nadie me conoce. Pago. Meto todo en el maletero del coche. Devuelvo el carro, recupero mi euro. regreso al coche. Abro la caja de nevaditos y el plástico que los recubre lo rajo con la llave de la oficina. Me siento como si estuviera bajándole las bragas a mi prima mientras sus padres ven la televisión en el cuarto de al lado. Me como uno. Me como otro. Nunca lo había hecho en un aparcamiento. Me siento sucio. Cierro la caja. Cierro el maletero. Me subo al coche. Arranco. Antes de meter la marcha atrás me bajo otra vez y voy al maletero, cojo otro nevadito reglero. Si voy al infierno que sea con tres nevaditos en la barriga.

Definitivamente Dios no existe.

El pecado, en cambio, sí.

Lunes


Es lunes.

No me caen bien los lunes. A casi nadie le caen bien los lunes.

Son días que hacen muchas promesas y luego no las cumplen.

De buen grado me habría quedado en la cama. Pero he pensado en los miles y miles de hombrecitos verdes y rojos (los de los semáforos) que cumplen con su misión incansablemente, todos los días de la semana sin excepción, las 24 horas del día...

Me solidarizo con los hombrecillos rojos y verdes de los semáforos de Madrid y me pongo a mis tareas.

Si no conseguimos levantar el país desde luego no habrá sido porque yo no me haya aplicado.

Mudanza

Han pasado 7 años y pico desde que nació a2manos . Y ha sido una de las experiencias más emocionantes de mi vida. Auténtica, arriesgada...