Pequeñas historias, melodías de insomnio, mensajes en envases de aire, días de tristelicidad...
lunes, 10 de septiembre de 2012
Bailarina
C. tiene casi 14 años.
Camina por la vida, ligera, como una bailarina.
A veces, sin previo aviso, todos los cielos del mundo se cubren, se ponen grises, luego negros, y llueven a través de sus ojos de niña.
Qué poco puedo hacer yo para parar esas tormentas.
Recogerla, esperarla, abrazar... soplar susurros leves que sequen los senderos de sus lágrmas, que la empujen a caminar otra vez, que le revuelvan el pelo.
Y mirar, alelado, que se aleja,
poco a poco, viento del Sur,
con los sueños en orden y las hormonas no,
pisando la vida, ligera, como una bailarina.
sábado, 8 de septiembre de 2012
Ella no lo sabe
Se le estaba cayendo la cabeza en la sopa.
.....-Papá, tengo mucho sueño.
.....-Está bien, lávate los dientes y a dormir.
.....-En tu cama ¿vale?
Lo ha dicho con sus penúltimas fuerzas, pero con una precisión emocional de relojero. Por eso he concedido. Que nadie piense que soy un blando.
Yo he recogido, he apagado las luces y he mirado por la ventana del salón: la alfombra de tejados, las luces como cuentas de un collar de brillantes que alguien hubiera desparramado... y el cielo naranja como a mí me gusta. Lo he sentido todo muy grande -los tejados, grandes, las luces grandes, el cielo grande- y a mí muy pequeño. Otros días, mirando lo grande me siento grande, pero hoy me sentía pequeño, muy pequeño, infinitesimal. El catarro, quizás.
He bajado y me he lavado los dientes yo también. He llegado a la cama y allí estaba C. dormida. Con las luces apagadas he levantado el edredón y me he metido. He agradecido su presencia. Porque al lado de una hija un padre pierde los miedos. Se disipan las incertidumbres, se ahuyentan los espectros.
No podía pasarme nada, sus 20 kilos protegían mis 100.
Aunque ella, no lo sabe.
Publicado en a2manos el 25.12.06
lunes, 3 de septiembre de 2012
Palabras que encontré por ahí
Hombre desconocido,
si al pasar, te cruzas conmigo
y tienes ganas de hablarme
¿por qué no habrías de hacerlo?
¿por qué no debería yo hablar contigo?
Walt Whitman
(traducido por a2manos)Lunes por la mañana de este nuevo otoño
(digan lo que digan los astrónomos,
el otoño empieza el día que yo me abrigo para dormir)
de este nuevo curso
(nunca he dejado de ir al cole)
de esta nueva vida
(soy un árbol y estoy cambiando de color).
Aunque los humanos nos empeñamos en hacer las cosas complicadas,
en percibir la realidad como un laberinto,
en enfrentarnos a la vida como a un jeroglífico,
la sencillez se nos presenta de golpe y desnuda,
como el agua que suena en las montañas,
como el razonamiento de un niño,
imparable como el sol de la mañana.
O como los versos de Whitman,
si el azar o la vida te trajeron aquí,
y si te apetece,
¿por qué no ibas a charlar un rato conmigo?
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