Llego al puesto de la fruta a comprar unos aguacates, una berenjena, dos calabacines y uvas, claro.
El mercado es una fuente inagotable de sabores y sabidurías. Hablaban Don Joaquín, un jubilado que vive en Victor de la Serna, y Carmen, la tendera de treintaypocos: carnes duras y corazón blandito, probablemente de un tercero relacionado con ella. Y la frutera, con una dignidad que para sí quisieran muchos mariscales de campo le espetó
-Yo para sufrir... va a ser que no.
Vuelvo a casa con las bolsas y esa frase en la cabeza.
Da gusto.
Pequeñas historias, melodías de insomnio, mensajes en envases de aire, días de tristelicidad...
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Escribiendo en la cama
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FELIZ AÑO,A2MANOS !!! Es que no te has dado cuenta que cambió el "folio"? Todavía duermes la resaca o te raptaron en el mercado???
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