Mi abuela dice que soy algo indeciso, pero es que ella es un prodigio buscándole eufemismos a los defectos de su nieto.
Tardo, le doy vueltas, aguanto, pienso, repienso, me autojustifico, me autoacuso, hago de fiscal, de juez o de abogado... y al final, siempre más tarde de lo que me gustaría tomo una decisión.
Y luego la sigo.
Y luego la sigo.
Ciegamente.
No hay posibilidad de revisión del caso ni de instancias superiores, ni Audiencia Provincial, ni Tribunal Supremo, ni Constitucional, ni nada; mis decisiones son tardías pero inapelables.
Mi razón es que ya que he perdido el tiempo en resolver, no quiero perderlo de nuevo volviendo la vista atrás.
Mi razón es que ya que he perdido el tiempo en resolver, no quiero perderlo de nuevo volviendo la vista atrás.
Las cosas no cambian, las personas no cambian... siempre son más estimulantes los caminos nuevos, que tienen piedras nuevas en las que tropezar. No soporto la sensación de estar atascado en una situación sin salida.
Yo hice lo que quise, lo que supe o lo que pude... no lo conseguí, pues a otra cosa mariposa.