lunes, 29 de noviembre de 2010

Nieve

Nieva en Madrid.

Caen los copos blandos, livianos como pacíficos paracaidistas.

Pienso en el nevar con nostalgia. A cámara lenta.

La nieve profunda en la montaña en la que me echaba de bruces cuando niño, asombrado por su suavidad.

Y luego la nieve en una bola, dura y con mala leche. O la nieve helada del glaciar. O el alud que mata. O en el desierto nevado, inhóspito de los Polos.

Pienso en como se puede trocar lo dulce en hielo duro. Impenetrable. O en dolor.

Nieva en Madrid, mientras, yo recuerdo aquella frase que decía que mi fuerza emanaba de mi capacidad para la ternura.

O algo así.

2 comentarios:

  1. Cae la nieve... (que diría Adamo), y esta tarde SI viniste. ¡Qué suerte para nosotros!
    Pero no quiso dejarnos su blanco manto, ni tan siquiera prestado por unas horas, para iluminar y cubrir nuestros pensamientos grisáceos. ¡Otra vez será!
    ALL.

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  2. No fue un sueño:
    lo vi.

    La nieve ardía.

    A.G.

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