Hay 2 tipos de personas: los que piden deseos a las estrellas fugaces y los que no.
Yo pertenezco al primer tipo.
Entre los deseos que les pido también los hay de 2 clases:
los que me conceden en el plazo de un mes,
y los que tardan más.
En una ocasión le pedí a una estrella fugaz una sartén antiadherente de tamaño pequeño, para hacer huevos fritos, y al cabo de dos días la tenía.
Otra vez le pedí a una estrella fugaz la paz mundial. Está en ello.
No soy un ingenuo, es mucho más difícil conseguir la paz que una sartén
Incluso para una estrella fugaz.
Nota: Este año esperaré a las Perseidas cantando, será la primera vez. Ya os contaré qué tal me va.
Pequeñas historias, melodías de insomnio, mensajes en envases de aire, días de tristelicidad...
domingo, 5 de agosto de 2012
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