Pequeñas historias, melodías de insomnio, mensajes en envases de aire, días de tristelicidad...
domingo, 30 de noviembre de 2008
sábado, 29 de noviembre de 2008
Ella sola
No importa lo que las cosas son. Sólo importa lo que nos hacen sentir o pensar. Es inútil preguntarse por las personas. Si son de esta manera o aquélla. ¿Para qué analizarlas? Sólo importa si nos dan o no nos dan. Si sentimos algo o no. Todo lo demás son elucubraciones. Perder el tiempo.
Lo pienso mientras miro esta foto. Para los racionales diré que es una parte del techo del café Slavia. Así se quedan más tranquilos.
No la tomé yo.
Se tomó ella sola.
Lo pienso mientras miro esta foto. Para los racionales diré que es una parte del techo del café Slavia. Así se quedan más tranquilos.
No la tomé yo.
Se tomó ella sola.
jueves, 27 de noviembre de 2008
Meter la pata
Hay gente de la que me rodea que es cautelosa.
Sopesan con cuidado los riesgos y no dan un paso si no están seguros. Yo los respeto, los admiro incluso, pero a mí la vida así me resulta aburrida. Yo, a estas alturas, me he hecho un experto en meter la pata. Dicen que de los errores se aprende, pues eso no me pasa a mí. Bueno, sí me pasa, yo aprendo mucho, y cada vez mis errores son más grandes y más hermosos..
Algunos de mis amigos pasan el tiempo sopesando las consecuencias, evaluando las posibilidades, determinando las amenazas y los potenciales, y al final deciden que mejor se quedan quietos. Yo, en cambio soy un hombre de acción: enseguida me lanzo. Y así me meto los talegazos que me meto.
Yo he desaprovechado en mi vida oportunidades magníficas para callarme. Me he embarcado en amores imposibles, en negocios ruinosos... Cuando veo un precipicio me atrae como la pitón a Mowgli, y durante un tiempo le entraba a cabezazos a los muros. Sin casco.
Y lo que me pasa es que entre que la cago y luego recojo los trozos rotos y compongo otra vez el jarrón, se me pasa el tiempo, me entretiene mucho. A mí los puzles de 5000 piezas no me llaman nada la atención, porque sé que dedicandole tiempo y esfuerzo lo acabas, no te fastidia, así cualquiera.
Sopesan con cuidado los riesgos y no dan un paso si no están seguros. Yo los respeto, los admiro incluso, pero a mí la vida así me resulta aburrida. Yo, a estas alturas, me he hecho un experto en meter la pata. Dicen que de los errores se aprende, pues eso no me pasa a mí. Bueno, sí me pasa, yo aprendo mucho, y cada vez mis errores son más grandes y más hermosos..
Algunos de mis amigos pasan el tiempo sopesando las consecuencias, evaluando las posibilidades, determinando las amenazas y los potenciales, y al final deciden que mejor se quedan quietos. Yo, en cambio soy un hombre de acción: enseguida me lanzo. Y así me meto los talegazos que me meto.
Yo he desaprovechado en mi vida oportunidades magníficas para callarme. Me he embarcado en amores imposibles, en negocios ruinosos... Cuando veo un precipicio me atrae como la pitón a Mowgli, y durante un tiempo le entraba a cabezazos a los muros. Sin casco.
Y lo que me pasa es que entre que la cago y luego recojo los trozos rotos y compongo otra vez el jarrón, se me pasa el tiempo, me entretiene mucho. A mí los puzles de 5000 piezas no me llaman nada la atención, porque sé que dedicandole tiempo y esfuerzo lo acabas, no te fastidia, así cualquiera.
miércoles, 26 de noviembre de 2008
Perdiz
Llego de una cena deliciosa compuesta por tres champiñones rellenos, dos rodajas de fuet y unos trocitos de queso. El termómetro del coche ha bajado de cero por primera vez en este invierno. Hace algo de frío también en mi cuarto mientras escribo que soy un hombre muy afortunado. Cuando las elegí en la tienda sabía que esas flores eran demasiado hermosas para durar. Y saber eso, lejos de enturbiar, me ha permitido disfrutarlas con plenitud.
Esta mañana el cielo es azul e intenso. Las margaritas de delante están tristes porque dos de sus compañeras han perdido algunos pétalos. Yo las consuelo quitándole importancia, hago un chiste y consigo que se rían. Al reírse se les caen las hojas más deprisa, por el temblor. Esto acelera el proceso. El fenómeno se denomina técnicamente "morirse de risa". Desayuno yogur con cereales. Me ducho y elijo una bolsa bonita para tirar ese ramo de flores.
Pero.
Pero ya lo haré mañana. Uf, qué despiste, se me ha hecho tardísimo.
Y sigo feliz como una perdiz, para mi desgracia.
Esta mañana el cielo es azul e intenso. Las margaritas de delante están tristes porque dos de sus compañeras han perdido algunos pétalos. Yo las consuelo quitándole importancia, hago un chiste y consigo que se rían. Al reírse se les caen las hojas más deprisa, por el temblor. Esto acelera el proceso. El fenómeno se denomina técnicamente "morirse de risa". Desayuno yogur con cereales. Me ducho y elijo una bolsa bonita para tirar ese ramo de flores.
Pero.
Pero ya lo haré mañana. Uf, qué despiste, se me ha hecho tardísimo.
Y sigo feliz como una perdiz, para mi desgracia.
martes, 25 de noviembre de 2008
Desobediente
Desde bien pequeño, y muy a pesar de mis progenitores, maestros y esposas... he sido un desobediente.
Y ya es un poco tarde para arreglarlo.
Y ya es un poco tarde para arreglarlo.
lunes, 24 de noviembre de 2008
La tortilla
Domingo, 8 de la tarde. Preparo una tortilla de patata para cenar.
Primero pelar las patatas y cortarlas en láminas. Freírlas en aceite caliente y tapar. Batir unos cuantos huevos y reservar. Cuando las patatas están doradas. Algunas se tuestan de más, otras quedan tiernas. Esto, lejos de ser un defecto amplía el repertorio de sabores y texturas que ofrece la tortilla haciéndola mucho más interesante.
Una vez que las patatas alcanzan el punto deseado (en esto, como en todo, hay distintos gustos) se aparta la sartén y se sacan, escurriéndolas para que arrastren la mínima cantidad de aceite. Se mezclan con los huevos batidos. Aquí hay gente que prefiere despachurrar y otros que optan por que las patatas queden más enteras. Yo, por mi parte, tengo días.
Se pone un chorrito de aceite en la sartén y se espera a que se caliente. En ese momento se vierte la masa de huevo y patata y se distribuye por la sartén de forma uniforme.
Hasta aquí todo es muy sencillo, hay que tomar algunas decisiones, pero son de calado menor.
En cambio la tortilla, en un momento determinado de su elaboración, nos enfrenta a un dilema existencial agudo, y la manera en que lo abordemos dice mucho de nosotros, y de cómo lo resolvamos depende si nos quemamos o no, de si la tortilla sale redonda o se estropea.
Éste es el momento de darle la vuelta.
Factor tiempo: Si lo haces tarde se quema. Si lo haces pronto no está cuajada y tendrás que corregir. No es fácil saber cómo está por abajo una tortilla.
Factor psicomotriz: Si el movimiento de giro no lo haces rápido y con decisión el aceite puede escurrir y te puedes quemar una de las dos muñecas (la de abajo). Puede ocurrir que te quedes a medias y no sujetes bien plato y sartén: se te va a caer todo.
Para mí el instante previo a ese giro es de un vértigo existencial grandísimo. Porque se me pasan por la cabeza todos esos momentos de mi vida en los que por falta de decisión o exceso de miedo me he cargado la tortilla. Las vidas, como las tortillas, nos piden en determinados puntos que les demos la vuelta y de cómo lo hagamos depende el resultado. No es una maniobra compleja, pero a veces se complica. A lo tonto.
Y así termina el programa de cocina de hoy.
El próximo día hablaremos de la lentejas. Ya saben lo que dice el refrán popular: "Hay lentejas: si quieres las tomas, si no, las dejas. Pero mientras te decides no me marees"
viernes, 21 de noviembre de 2008
jueves, 20 de noviembre de 2008
La Verdad
La verdad es que sólo existe una cosa peor que un mentiroso, y es el típico sincero compulsivo empeñado en decir siempre la verdad.
miércoles, 19 de noviembre de 2008
Una chica en la playa
Yo iba buscando... no sé qué iba buscando.
El caso es que siempre estoy buscando.
Es como una enfermedad.
No es que no encuentre,
es que por mucho que encuentre
nunca es suficiente.
La cosa es buscar.
Yo iba buscando algo grande.
El mar entero, el cielo (un trozo)
El principio, el fin, una razón o un consuelo.
Nada de eso encontré.
Nada grande sino
inmensamente pequeño.
Una chica en la playa.
Apenas una concha diminuta y rara.
Tan singular que el mundo puede girar
alrededor de ella.
Ahora, cuando me preguntan,
cambio el enunciado.
Mano ¿qué ibas buscando?
No lo sé, quizás
una chica en la playa.
martes, 18 de noviembre de 2008
lunes, 17 de noviembre de 2008
El Retrovisor
domingo, 16 de noviembre de 2008
Desorientado
Hay momentos en la vida en que uno anda desorientado.
Sin saber si debe elegir el norte o el sur o quedarse quieto.
Hay momentos en los que uno no sabe dónde para, ni qué tiene bajo sus pies.
Hay momentos en los que parece que Dios ha lanzado los dados y ha desordenado las casillas del parchís.
Y en esos momentos es bueno encontrar una señal como esta.
Sin saber si debe elegir el norte o el sur o quedarse quieto.
Hay momentos en los que uno no sabe dónde para, ni qué tiene bajo sus pies.
Hay momentos en los que parece que Dios ha lanzado los dados y ha desordenado las casillas del parchís.
Y en esos momentos es bueno encontrar una señal como esta.
sábado, 15 de noviembre de 2008
El colon
Te querré con todo mi colon.
Porque yo en el corazón no noto nada.
Es en el intestino donde tengo los síntomas de quererte.
Algo así como nudos.
Te querré con todos los nudos de mi colon.
Porque yo en el corazón no noto nada.
Es en el intestino donde tengo los síntomas de quererte.
Algo así como nudos.
Te querré con todos los nudos de mi colon.
viernes, 14 de noviembre de 2008
Planazo
Tengo 50 euros en la cuenta. Y esa no es la mayor de mis desdichas. Me meto en la cama y -aunque sé que no debo- me da por pensar que me gustaría que estuvieras aquí. Una chica arisca y fría al extremo del colchón no es precisamente un planazo, pero me permitiría:
- escuchar tu respiración
- defenderte heroicamente en el caso de que apareciera un dragón
- que me correspondieran sólo 75cm y no todo el ancho de esta cama inmensa.
jueves, 13 de noviembre de 2008
A oscuras
Se ha apagado la luz. Y dos hombres han empezado a golpearme con toallas mojadas. Enseguida he perdido el pie. La toalla mojada tiene eso, que se maneja mal contra un cuerpo en el suelo. Por eso, creo yo, han seguido a patadas. He intentado protegerme pero dos brazos no son suficientes contra cuatro botas. Menos si uno está roto. Mi penúltimo pensamiento ha sido: qué resistencia, no se cansan. Y a partir de un momento han dejado de sonar sus jadeos, han dejado de sonar los golpes secos contra mis costillas, han dejado de sonar más cosas que no me acuerdo porque debía estar ya sonado. Y una luz -como en las películas- lo ha llenado todo. pero todo todo. y luego nada. Y la nada se va fundiendo a negro, lentamente.
No ha ocurrido en un callejón del Bronx. Sino en una avenida soleada de mi propia alma. Flanqueada de palmeras, con gaviotas y bañistas sonrientes.
-Creo que es mejor que me vaya. No nos vamos a ver más.
-Lo entiendo, no te preocupes, no pasa nada.
Cuando lo he dicho lo pensaba.
Que no pasaba nada.
Pero luego se ha apagado la luz.
Toda la luz.
Y me he quedado a oscuras.
No ha ocurrido en un callejón del Bronx. Sino en una avenida soleada de mi propia alma. Flanqueada de palmeras, con gaviotas y bañistas sonrientes.
-Creo que es mejor que me vaya. No nos vamos a ver más.
-Lo entiendo, no te preocupes, no pasa nada.
Cuando lo he dicho lo pensaba.
Que no pasaba nada.
Pero luego se ha apagado la luz.
Toda la luz.
Y me he quedado a oscuras.
miércoles, 12 de noviembre de 2008
Mis mejores deseos
Me llama un amigo (Luis es un nombre ficticio) para tomarnos una caña y me enseña esta carta. Según acabo de leerla le pido permiso para reproducirla en el blog y me lo da. No tiene desperdicio. Mi amigo Luis, que no se llama Luis, pide una botella de champán del caro y dos copas: "Lo que más lamento -me dice- es que no he sido capaz en esos años de apreciar su talento literario, los destalentos, en cambio, se los he notado todos".
Querido Luis:
No se puede estar enamorado de la persona con la que llevas viviendo 25 años: sabes demasiadas cosas de ella. Y aunque se pudiera, no sería recomendable. Va contra la higiene, va contra el buen gusto, es antisocial e indecoroso. Es una ordinariez y una excentricidad. Sí, qué pasa, las dos cosas, ¿que soy contradictoria? sí ¿y qué?.
Se puede sentir cierto cariño hacia la persona con la que llevas viviendo 25 años pero ese sentimiento juega en la misma división que lo que se siente por el gato, por el acuario o por la colección de sellos. Uno jamás se desprendería de una colección de sellos a la que ha dedicado cientos de horas, quizá miles, a lo largo de 25 años. pero de ahí a decir que la colección de sellos y esa persona son una pareja... hay un buen trecho.
Y yo, cariño, he decidido tirar a la basura la colección de sellos. Vamos, que me voy, que me piro, que me abro.
Me parece mal no desearte. No es que no te desee físicamente (de la última vez hace años), es que ya ni te deseo las buenas noches antes de darme la vuelta. Y además soy consciente de que tampoco despierto deseo en ti. Excepto el deseo ferviente de que apague la tele, me ponga la mano antes de eructar o recoja los pelos del lavabo.
Hablando de deseo, me parece mal desaprovechar uno que tengo apalabrado con Paco. no le quiero, qué tontería, pero me pone. Tú, cielo mío, ya sólo me pones de mala leche. Pero querer, lo que se dice querer, con mayúsculas, yo sólo te he querido a ti: el gran amor de mi vida, mi hombre, el padre de mis hijos.
Tú y yo pasamos buenos y malos ratos juntos durante los primeros años y luego nos hemos acompañado en un aburrimiento inexpugnable. Por eso te dejo. Podría despedirme con un hastasiempre, un hastanunca, un vetealinfierno o algo parecido, pero prefiero hacerlo con mis mejores deseos que, me consta, son también tus mejores deseos: ¡que te follen!
martes, 11 de noviembre de 2008
Vista Cansada
Sabéis que no somos las manos muy de contestar los comentarios.
Que lo hacemos a veces pero nos da grima el rollito "chat".
Que los leemos está claro. Que los agradecemos también. Que nos importan, también. Que no se nos nota en el momento... también. Parece que los comenteros respetan este modus operandi. Y que de la misma manera que lo hacemos nosotros, son capaces de escribir sin el acicate de una respuesta inmediata.
Pero de vez en cuando surje un comentario muy certero. Y lo traemos aquí, y se hace post. Así debe ser.
Un escribiente Anónimo nos ha dejado esta joyita de Ángel González.
Muchas gracias, Anónimo.
Este poeta tiene la mala costumbre -allá donde esté lo sigue haciendo- de radiografiarme los sentimientos, y robarme las palabras, y de mandarme mensajes y de dejarme desnudo. ¿No es esa la tarea de un poeta?
Tomo nota.
No achaques a la vida
este desinterés , la indiferencia
-casi desdén-
con que hoy la miras.
La vida es inocente e incansable
la fatiga
con que ahora la contemplas
está no en lo que los ojos ven,
sino en los ojos con que miras.
A. Gonzalez
Que lo hacemos a veces pero nos da grima el rollito "chat".
Que los leemos está claro. Que los agradecemos también. Que nos importan, también. Que no se nos nota en el momento... también. Parece que los comenteros respetan este modus operandi. Y que de la misma manera que lo hacemos nosotros, son capaces de escribir sin el acicate de una respuesta inmediata.
Pero de vez en cuando surje un comentario muy certero. Y lo traemos aquí, y se hace post. Así debe ser.
Un escribiente Anónimo nos ha dejado esta joyita de Ángel González.
Muchas gracias, Anónimo.
Este poeta tiene la mala costumbre -allá donde esté lo sigue haciendo- de radiografiarme los sentimientos, y robarme las palabras, y de mandarme mensajes y de dejarme desnudo. ¿No es esa la tarea de un poeta?
Tomo nota.
No achaques a la vida
este desinterés , la indiferencia
-casi desdén-
con que hoy la miras.
La vida es inocente e incansable
la fatiga
con que ahora la contemplas
está no en lo que los ojos ven,
sino en los ojos con que miras.
A. Gonzalez
lunes, 10 de noviembre de 2008
Otro tiempo
Otro tiempo vendrá distinto a éste.
Y alguien dirá:
«Hablaste mal. Debiste haber contado
otras historias:
violines estirándose indolentes
en una noche densa de perfumes,
bellas palabras calificativas
para expresar amor ilimitado,
amor al fin sobre las cosas
todas.»
Pero hoy,
cuando es la luz del alba
como la espuma sucia
de un día anticipadamente inútil,
estoy aquí,
insomne, fatigado, velando
mis armas derrotadas,
y canto
todo lo que perdí: por lo que muero.
A. González
Y alguien dirá:
«Hablaste mal. Debiste haber contado
otras historias:
violines estirándose indolentes
en una noche densa de perfumes,
bellas palabras calificativas
para expresar amor ilimitado,
amor al fin sobre las cosas
todas.»
Pero hoy,
cuando es la luz del alba
como la espuma sucia
de un día anticipadamente inútil,
estoy aquí,
insomne, fatigado, velando
mis armas derrotadas,
y canto
todo lo que perdí: por lo que muero.
A. González
domingo, 9 de noviembre de 2008
sábado, 8 de noviembre de 2008
Mariposas
viernes, 7 de noviembre de 2008
Mar
jueves, 6 de noviembre de 2008
Hasta el final
Ayer.
No sé.
Todo patas arriba.
Varias montañas rusas.
Barack Obama ha ganado las elecciones.
Las bolsas del mundo se mueven como si fueran un yoyó, y los que vamos en el avión, con tanto subir y bajar, cogemos las bolsas para vomitar.
Para mí que el secreto está en la respiración: cuando la respiración se sincroniza, date por perdido.
Él dijo: yo después de un orgasmo muy intenso, lloro.
Y ella: a mí me cuesta mucho llorar, yo sólo lloro con las películas.
Los negros de Harlem se pusieron guapos y se fueron a votar. Venga a votar y a votar, todo el día votando. Por primera vez pensaban que eso servía para algo.
Tormenta con el cielo azul. Tierna y plácida descarga eléctrica de 2000 voltios.
Corren ríos de tinta. Previsiones, elucubraciones... mentes sesudas intentando adivinar lo que va a pasar, dónde acabará esto.
Pero el final...
...el final no se sabe hasta el final (*)
(*) verso de G. Fuertes.
No sé.
Todo patas arriba.
Varias montañas rusas.
Barack Obama ha ganado las elecciones.
Las bolsas del mundo se mueven como si fueran un yoyó, y los que vamos en el avión, con tanto subir y bajar, cogemos las bolsas para vomitar.
Para mí que el secreto está en la respiración: cuando la respiración se sincroniza, date por perdido.
Él dijo: yo después de un orgasmo muy intenso, lloro.
Y ella: a mí me cuesta mucho llorar, yo sólo lloro con las películas.
Los negros de Harlem se pusieron guapos y se fueron a votar. Venga a votar y a votar, todo el día votando. Por primera vez pensaban que eso servía para algo.
Tormenta con el cielo azul. Tierna y plácida descarga eléctrica de 2000 voltios.
Corren ríos de tinta. Previsiones, elucubraciones... mentes sesudas intentando adivinar lo que va a pasar, dónde acabará esto.
Pero el final...
...el final no se sabe hasta el final (*)
(*) verso de G. Fuertes.
sábado, 1 de noviembre de 2008
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Mudanza
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