La noche era de amarillos.
Hemos tomado de postre adrenalina.
Nos hemos mirado a los ojos para ponernos a cien. Hemos apartado los platos, los vasos, los cubiertos... Nos hemos tumbado en la mesa como en una playa. Las migas doradas eran la arena, y el ruido de las respiraciones: el mar.
Un mar, dos mares.
Hemos sido un rato los veleros y otro las motoras. Y luego, yo el chico que alquila las tumbonas y tú la alemana con las tetas al sol.
A un sol, a dos soles.
Hemos tomado de postre adrenalina, que es más digestiva que el sorbete de limón. También amarillo. Mira tú.
Es que esta noche era de amarillos.
(Publicado en a2manos el 08,10,05)
Pequeñas historias, melodías de insomnio, mensajes en envases de aire, días de tristelicidad...
domingo, 19 de junio de 2011
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