viernes, 9 de junio de 2006

Lágrimas de adioses

Hay días en la vida que se graban a fuego. Uno acumula fechas en la cabeza y cuando, cada año, como en una cinta 'sinfín', se acercan otra vez, algo se activa en nuestra boca y empezamos a segregar saliva. A veces de ira, otras de alegría. ¡Yo qué sé! No esperéis grandes cosas de mi hoy. He dormido dos horas y un poquito.

8/6/2006. Ahí se queda. Una noche de abrazos, lágrimas y besos. Besos salados y húmedos de lágrimas tristes. Abrazos de no me sueltes y no me dejes marchar. Las cosas son así. (Vaya mierda de frase resignada). El domingo cojo un avión rumbo a Londres. Cojo el avión del adiós o del hasta luego. Del vuelvo dentro de un poco o de un mucho. Eso es decisión mía, pero últimamente no acierto en mis decisiones. Eso trae consecuencias: hago daño. Y pido perdón. A ella, sobre todo a ella.

No, no me voy a flagelar. Una de las personas que ayer me rodeó con sus brazos me dijo al oído: "La gente que está aquí está porque te quiere". Fue más o menos así, ¿verdad Jaime? Luego se lo conté a otra persona -siempre entre lágrimas- y me respondió: "¿Acaso te sorprende?" Míré y asimilé. Últimamente me pasa mucho: asimilo la realidad. ¡Qué básico, pero qué difícil!

Gracias Cris, Pepe, Charo, Nico, Amaya, Canija, Isa, Olalla, Mel, Óscar, Jaime, Javier, Germán, Sole, Bea, Bárbara, Marisa, Vero, Ana, María, Raquel, Nieves, Pablo... Fue una noche inolvidable. Habrá más, ¿prometido?

jueves, 8 de junio de 2006

Phi

Leo un comentario que apunta a un número muy especial: phi.

Hay comentarios más certeros que el post que comentan. Esto ha pasado en la vida y seguirá pasando y bienvenido sea.

Si hay un número poético ése es phi, también llamado razón aúrea.

Los griegos lo descubrieron y lo tomaron como la proporción idónea de las cosas armoniosas y bellas. Si digo que es 1 + raíz cuadrada de 5 partido por 2 no es fácil hacerse una idea.

Si divides tu estatura entre la distancia del suelo a tu ombligo sale phi. Las medidas del carnet de identidad o de las tarjetas de crédito cumplen también la bella proporción. Y está en las espirales y en la sucesión de Fibonacci y otras cosas bonitas.

Y ahora me voy a dormir que si no mañana no voy a estar nada phi.

miércoles, 7 de junio de 2006

Palabras que Encontré en la Calle V

Llovía en Londres, junto al Támesis. Si no recuerdo mal el paseo se llama de la Reina.

Era enero. Hacía frío.

No un frío que te paraliza sino un frío que te estimula. No un frío que te embota sino uno que te despierta. El matiz no viene tanto de la temperatura como del termómetro, dirán ustedes y dirán con razón.

Me senté sin darme cuenta porque iba mirando al río. Y una vez allí me sumí en elucubraciones románticas, prácticas y metafísicas del tipo saltar a las vías o pedir un baile a la taquillera. Casi siempre son baldías estas disquisiciones. Y más en mi caso en que las prolongo y las prolongo porque me sabe mal darle la razón a los raíles, o a la chica, y al final acabo llegando tarde a ambos. Porque soy más de andar que de llegar.

Pero esta vez no. Zanjé. Y al levantarme me volví y vi el cartel.

Llovía en Londres. Junto al Támesis. Y qué gusto daba.

martes, 6 de junio de 2006

Preferencias

No es fácil escribir cada día. Escribir algo distinto, quiero decir.

Si hubiera elegido publicar números sería más sencillo.
Porque los hay a millares... y a millares de millares.
Mira, ahora que pienso en números...
Me concentro en qué número me llevaría a una isla desierta.
Me quedo con e y con pi. Por imprevisibles. Por inexcrutables. Porque no se repiten.
Si yo fuera un número me gustaría ser pi. Ó e. Ó 23.

También podría llenar cada post con una palabra.
Abrir el diccionario y mirar.
Esta noche me quedaría con amalgama.
Porque me transporta a mezcla, íntima mezcla. A estar de acuerdo, a sintonizar.
Y porque tiene cuatro aes y es casi un palíndromo.
Por bonita: amalgama.

domingo, 4 de junio de 2006

viernes, 2 de junio de 2006

Tarde con C.

Se le han sumado el hambre y el sueño a las seis de la tarde y ha salido mal humor. Y yo que estaba sensible la he puesto firme y entonces lloros.

Tiene 7 años, pero como es mi cómplice en tantas cosas, a veces pienso que es mayor. Se ha tomado un vaso de leche con chococrispis, de esa manera se han recuperado los índices de glucosa y le ha florecido otra vez la sonrisa. A la calle a jugar al badminton. Hemos establecido un nuevo record: 42 golpes seguidos sin que se caiga al suelo, fulminando la anterior marca que era de 16. Hemos colado un volante en la casa de al lado. Ring y recuperado.

Así se noa ha ido la tarde compartiendo. Y luego he preparado unos pinchos morunos, huevos fritos y un poco de arroz para cenar. Mientras el sol se escondía C. ponia la mesa. Dos mantelitos individuales que nos gustan. Tremendamente rojos.

-Papá, ¿has preparado esta cena tan rica para celebrar el récord?
-Claro.
-Yo creo que Nadal no nos alcanza. Yo nunca le he visto dar más de 8 o 9 golpes seguidos.
-No sé hija, Nadal es mucho Nadal.

Nos hemos metido los dos en la tumbona y yo siempre me acuerdo de Mowgli en el río sobre la barriga de Baloo. C. sigue siendo un saquito de huesos.

-A dormir.
-Jo, no tengo sueño.

Después he vuelto a la terraza. Había quedado con la luna.
Ya estaba esperando cuando he llegado.
Qué pena que no fume, porque el escenario es perfecto.
Otra vez, como tantas antes, me he conformado con mirar.
Es un verdadero lujo el simple hecho de vivir.

Escribiendo en la cama

Estoy escribiendo en la cama. Tú duermes. Hace mucho calor esta primera noche del verano. Es por eso que has apartado la colcha de un...