He conado aquí otras veces que se escribe por necesidad. Para resolver una pulsión muy personal. Muy íntima. Intransferible.
Pero, claro, desde ese punto de vista no haría falta que publicásemos, ni que alguien nos leyera.
La explicación freudiana del exhibicionismo me parece algo burda.
A uno le gusta que le lean porque así se hace la ilusión de que no está solo.
Uno escribe una cosa. Otro lee y entiende otra. En este blog se ha visto muchas veces. Con el juego ambiguo de las manos. Con los antifaces de los comenteros. Pero no importa que tú entiendas algo distinto de lo que yo he querido decir, la comunicación no sirve para trasladar contenidos, eso son los cables. O podríamos decir que ese es el propósito más básico de la comunicación: trasladar un mensaje. Pero el propósito del leer, del escribir es el mismo que el de mirar, el de acariciar: trasladar una emoción.
Entre el espectador y la obra no ocurre nada si no ocurre una emoción.
Esa magia, esa ficción de "no estoy solo", "hay vida ahí fuera" la he tenido leyendo y la he tenido escribiendo, es muy reconfortante y por eso vuelvo una y otra vez al escribir. Y al leer.
El lector piensa "este tipo ha escrito lo que yo siento" y el autor piensa "Este tipo ha leído justo lo que yo he sentido". No es verdad, manejan dos textos distintos, que resuenan en distintas habitaciones de su ser. Pero no importa que sean textos distintos, importa que resuenen.
Gracias por leer, gracias por compartir.
Por resonar.
Pequeñas historias, melodías de insomnio, mensajes en envases de aire, días de tristelicidad...
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Bueno, hablando de compartir, solo faltaba que nos compartieras tu silencio, pero...tanta generosidad de lo mismo ya no es virtud.
ResponderEliminarVamos hombre, déjate caer por acá!,se te echa de menos.Está muy provista "la nevera", pero aquí nos tienes pasando hambre, a punto de la caquexia espiritual y la falla de "resonancia" cardíaca.
A la distancia un abrazo XXL,que te de cobijo junto con C. y todas tus disquisiciones.
DCleger.
Santiago de Chile.
Estoy de acuerdo con lo que dices, o sobre todo, con cómo lo dices.
ResponderEliminarYo que soy (también?) periodista siento lo mismo que tú por dentro, esa necesidad no sólo de echar el cable y sacar lo que es únicamente mio, sino también de compartirlo, esa extraña sensación de querer "comunicar" sea lo que sea, el impulso que llena el vacio de dentro.
Patricia