Vengo de olvidarte...
pero llego a casa y me tropiezo contigo,
en las cosas que me miran con tus ojos,
en las pelusas del pasillo
que me enredan leves con tu olvido.
Vengo de olvidarte
y puede que cambie de casa
y siga viniendo de olvidarte,
que cambie de cuerpo
y te siga deseándo
que cambie de vida
y te siga viviendo.
Vengo de olvidarte.
Tiro el bolso y se cae el pintalabios,
un beso metálico en el parquet
me recuerda la ausencia de tu boca.
Con vocación de olvidarte me muevo.
Cada minuto y centímetro
que salgo de mi misma
hago eso, insisto en ello.
Mi obstinación es olvidarte
mi trabajo es olvidarte.
B. Reyes
Pequeñas historias, melodías de insomnio, mensajes en envases de aire, días de tristelicidad...
miércoles, 15 de julio de 2009
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