Pequeñas historias, melodías de insomnio, mensajes en envases de aire, días de tristelicidad...
jueves, 2 de diciembre de 2010
No es tan raro
Dormí con una mujer que no sabía volar. Me sentí extraño al despertar. No conseguía despegar. Ella. Yo. Hablo poco con mi perro estos días. Es como si no tuviera nada que contarle. Mi perro es la persona con la que más paseo. Hace frío ahí fuera. Y está bien que sea así. Tengo un amigo que habla pero no escucha. Bueno, a veces escucha, pero hace como que no. No le gusta que los demás piensen que tiene dudas. O que necesita ayuda. Es lo que me pasa con mi perro pero al revés. No he tomado ninguna decisión, pero tengo ganas de verte. Ya ves. Qué raro ¿verdad?
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Escribiendo en la cama
Estoy escribiendo en la cama. Tú duermes. Hace mucho calor esta primera noche del verano. Es por eso que has apartado la colcha de un...
-
Siempre he estado a disgusto conmigo mismo, lo suficiente como para no dejar de rascarme. Siempre he estado a gusto conmigo mismo, lo sufi...
-
Luisito, el hijo de los de la mercería, estudiaba mecanografía . Todas las tardes le veíamos cruzar la calle con su carpeta azul Centauro , ...
-
Me he levantado esta mañana contento. Cantando cosas del Dúo Dinámico que debieron quedar fosilizadas en los rincones de la memoria como pe...
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¡Muchas gracias por comentar!