martes, 11 de octubre de 2011

Combustión


Un día nos quisimos.

Eso creo.

Eso pienso.

Y querernos no fue suficiente para querernos más. Ni siquiera fue suficiente para seguir queriéndonos. Fue nuestro amor autoextinguible.

Por falta de oxígeno. O por falta de combustible ¿quién sabe?

Ahora que lo pienso, creo que fue por falta de oxígeno, porque los carbones de nuesto amor siguen ahí, intactos, esperando una cerilla o dos, y una ráfaga de viento.

El amor es una reacción química, concretamente una reacción química de combustión. Y deben existir dos, estar dispuestos a quemarse y una cantidad de energía (en forma de calor) suficiente para iniciar la ignición.

Si no... malamente.

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