Adoro esta ciudad.
Nueva York.
Mi Nueva York está hecha de los sedimentos de la literatura, del cine... de imágenes. Como la de tantos otros.
Pero tuve ocasión de pasar por allí (un año antes del atentado de las Torres Gemelas) y le puse olores, temperaturas y sabores.Y la escribí cada noche de los diez días que allí estuve. Así que mi Nueva York está también hecha de palabras.
Pisé esas aceras diseñadas para patinadores, persecuciones policiales, vendedores ambulantes y solitarios de todas las calañas. Desde entonces aborrezco la baldosa y otros pavimentos distintos a ese cemento impertérrito.
He encontrado estas fotografías.
Brujuleando.
Pequeñas historias, melodías de insomnio, mensajes en envases de aire, días de tristelicidad...
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