jueves, 31 de agosto de 2006

Londres, ¡qué ciudad! (2)

Voy a comprar los periódicos al quiosco de siempre. Cuando me ven, dicen hola y hacen un gesto que yo quiero que sea una sonrisa, pero, claro, son ingleses y en el kit de los sentimientos eso no lo incluyen. "Hola, ¿quería saber si os puedo pagar los periódicos una vez al mes? ¡Como vengo todos los días y me llevo cuatro o cinco y necesito una factura, entonces...". El tipo me mira y me dice: "No, ¿qué quiere?". Cojo lo de siempre, le pago y me voy.

Por la tarde bajo a la peluquería. Tengo el pelo un poco largo. "Quería cortarme el pelo". Es lo normal en una peluquería. Me miran y me dicen: "Hoy estamos hasta arriba". Miro, hay una chica y cinco asientos vacíos, tres peluqueros. Me miran otra vez. "Uf, hasta arriba". Me toman el nombre, el teléfono, me dan cita para mañana y me despiden con una sonrisa. Vuelvo a mirar incrédulo: cinco asientos vacíos, tres peluqueros.

2 comentarios:

  1. pues si te contara yo de los ingleses... hasta ARRIBA estoy yo de ellos!! y es que son... vamos que no quiero verlos ni aunque vinieran a pedirme matrimonio con un mercedes forrado de billetes de 100 libras!

    Saludos

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  2. metis; "con un mercedes forrado de billetes"? hay de esos en tu isla?

    mano; Seguro que llevabas el pelo largo?

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