Si yo fuera termita preferiría serlo en un barco.
Un barco de los de antes, claro. No te ha de faltar la comida, viajas por todo el mundo. Tienes buenas vistas, que incluyen atardeceres y amaneceres espectaculares.
Si yo fuera termita en un barco me pediría el palo mayor. Cuanto más alto mejor. Y a las razones de antes añadiría la emoción. ¿Sería mi propia voracidad capaz de acabar con mi manjar, mi sitio en el mundo... porque si parte el palo mayor se acabó todo.
Me quedo pensativa un rato como termita.
Me quedo pensativo otro como escritor.
Pero resuelvo: que le den a las vigas mugrientas de las casas, yo prefiero el palo mayor.
Pequeñas historias, melodías de insomnio, mensajes en envases de aire, días de tristelicidad...
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Te comento en este post como podría haberlo hecho en cualquier otro, porque lo único que quiero decirte es que de vez en cuando me paso por aquí y te leo.
ResponderEliminarY me gusta.
Yo también prefiero el palo mayor.
Saludos.
Mire y yo que hace unos días tomé un barco pensando en usted.
ResponderEliminarEl Profesor se llevó hasta las fotocopias de aquel librito “NY en los bolsillos” de lo que se rió con la caza y captura del ratoncito, para no perderse nada de lo que allí contaba.