El amor y la dignidad se llevan de pena
O el uno o la otra, hay que elegir.
Enamorados podemos decir sandeces como: qué detallista y generosa, me ha dicho que me va a hacer una sopa de cebolla.
Lo ven.
Es tan frecuente amar de rodillas. Al hijo, a la pareja, a Dios...
Y a veces el hijo o la pareja (quizá también Dios) se enfadan:
....-¡Que te he dicho que te levantes! Es innoble, así no te quiero.
....-Pero no ves que erguido seré yo quien no te pueda querer.
Se dice de quien ama que "se entrega". Pues eso, ¿hay acaso algo más indigno que ese haz-conmigo-lo-que-quieras?
O dignidad o amor: hay que elegir.
Pequeñas historias, melodías de insomnio, mensajes en envases de aire, días de tristelicidad...
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¿para qué querés la dignidad? viva el arrastre y la sopa de cebolla
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