Pequeñas historias, melodías de insomnio, mensajes en envases de aire, días de tristelicidad...
jueves, 16 de abril de 2009
Un trozo
Tengo un dolor en el estómago.
Como si se me hubiera atragantado algún trozo de la vida.
Por no masticarlo bien.
O porque estaba pasado de fecha.
O simplemente porque no era digerible: no es de nadie la culpa.
Lo noto en que escribo por los rincones, en posturas incómodas, en papeles sueltos. Escribo como vomita el borracho antes de volver a casa. Para que no se me quede nada malo dentro. Tampoco nada bueno. Coloco siempre la fecha en una esquina. A la manera en que la han de llevar los billetes de los trenes.
Cuelgan los racimos de flores blancas de la glicinia sobre el banco de madera.
Y no hay nadie sentado en él.
Tengo el banco de madera, tengo el blanco de las flores, tengo el cielo, naranja por las noches, y de azules briosos por el día. Y tengo un dolor en el estómago, como si, por comérmela deprisa, se me hubiera atragantado algún trozo de la vida.
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