Pronto me di cuenta de que,
a la hora de hacerse entender,
era muy buena con las palabras.
Pero era mucho mejor con los silencios.
Pequeñas historias, melodías de insomnio, mensajes en envases de aire, días de tristelicidad...
Estoy escribiendo en la cama. Tú duermes. Hace mucho calor esta primera noche del verano. Es por eso que has apartado la colcha de un...
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