sábado, 4 de julio de 2009

Ojala

Ojala supiera de dónde vienen estas pesadumbres. Ojala pudiera anticiparlas, y tomar algún atajo, sortearlas. Con un bebedizo, un beso de vino o un pozo de algo. Ojala supiera a dónde van estas miserias, a dónde quieren llevarme. Qué he de aprender de ellas. Ojala pudiera aprovecharlas.

Pero no, no le veo ningún encanto al color gris del alma, el alma debería estar siempre estampada de colores. No le veo ventajas al estar jodido. No espero recompensa alguna por estos pesares. Cuando en clase de religión decían lo del valle de lágrimas yo aprovechaba para ausentarme.

Ojala supiera cómo curar mis tristezas.

O, al menos, las tuyas.

3 comentarios:

  1. Cuando el alma se pone gris, y no negra, no hay nada que podamos hacer por arregarla. Darnos tiempo y convencernos que a no muy tardar amanecera estampada.

    A mí que soy médico no se me ocurren bebedizos,pero me funciona hacer pequeñas cosas por el alma gris de otro, pintando la suya, se alegra la mía. Pequeñas cosas, tan simples como quitarle una espina clavada en un dedo.

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  2. no tengo ceretezas para apoyarte, pero a mi me sirve saber de que ilusión me quede colgado para que todo se torne gris en algún momento y eso me alivia.
    Tambien a veces me funciona mira desde otro lado la grisura , pues solemos tmabien desenfocarnos y creer que todo gris es "blanco con manchas" y no hijo no , no es lo mismo

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