Igual que hay chicas de braguita y chicas de tanga, hay chicas que te llevan a comer nuvel-cuisin y otras cocido.
En ningún caso se puede deducir de la dieta el tipo de lencería, eso que quede claro.
También las hay heterodoxas, pero son minoría. Son esas que un día les quitas La Perla y otros van de Zara hasta el omnligo, que son capaces lo mismo de macrobiótico que de Burger King. Mira tú por dónde tienen su punto las heterodoxas.
¡Que me despisto! Estaba yo el otro día comiendo un cocido-menú-del-día con una chica que detesta el tanga (eso manifiesta) y me dijo: mala persona eres que no me sacas en tu blog, con todas las ideas que yo te doy, y las frases que te regalo y mayormente lo inspiradora que yo soy.
Si bien su exposición era desordenada y la calidad de los argumentos irregular, tal vehemencia acompañó a su dulce reproche que me dejó sin palabras, fuera de juego y por un rato no supe siquiera donde llevar la mirada.
Desordené los garbanzos mientras intentaba ordenar mis pensamientos.
Creo que balbuceé una excusa, mas ella no acusó recibo, que en elegancia me saca dos varas o más.
Pasamos a otra cosa mariposa, y los dos aceptamos que eran culpa del vino nuestros rubores.
Bueno, pues igual que hay chicas de tanga, de braga, de cocido o de nuvel-cuisine... hay chicas que les gusta salir en el blog y otras que lo detestan.
Vayan estas líneas como dedicatoria, loa, reconocimiento o similar...
Ella sabe.
Pequeñas historias, melodías de insomnio, mensajes en envases de aire, días de tristelicidad...
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