No soy un tipo de esos a los que les guste vivir solos. Pero no tengo pareja. No soy un tipo de esos a los que les gusten las mascotas. Pero he invitado a un perro a vivir conmigo y le estoy cogiendo cariño. He vestido unos años camisetas. Luego he vestido camisas. Ahora llevo unos días camisas y otros camisetas. Unos días me pongo zapatos de cordones lustrosos y otros zapatillas de deporte. Con americana o anorak, indistintamente.
(Le soy fiel a un tipo concreto de peinado desde hace veinte años, pero eso es sencillo cuando no se tiene pelo.)
He pasado unos años de nocturnidades, bullicio y alevosías.
Y otros de introspecciones y silencios.
Y luego otra vez ruido. Y luego otra vez poesía.
Antes tenía las cosas claras, ahora tengo claras un montón de dudas.
Indecisiones,
imprecisiones.
En cada momento disfruto de lo que hay.
O lo intento.
No sé si estoy perdiendo mi identidad
Quizá sólo esté perdiendo los prejuicios.
Pequeñas historias, melodías de insomnio, mensajes en envases de aire, días de tristelicidad...
domingo, 27 de junio de 2010
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