Tengo un sofá lleno de cedés. Tengo unas cortinas llenas de cedés. Cedés de colores. Ayer me bajé un programa que se llama Google Earth y me dí una vuelta por el mundo sin salir del cuarto. No hay manera más barata de viajar. Estuve en tu casa, por cierto, antes de ir a Camboya.
Suenan las gotas en el techo de la cocina y suena el agua recorriendo el canalón, suena alguna sirena de fondo, algún coche que pasa por la calle... a mí me gusta que suene, mientras hay ruido hay ilusión. No me imagino a un león de Kenya consultando al veterinario porque los grillos y los cárabos no le dejan dormir. La ciudad suena, a veces suena más y a veces menos, a veces arrulla y a veces irrita. Pero no se puede pretender una ciudad en silencio porque eso es una contradicción y además una horterada.
El cielo de Madrid está lechoso y anaranjado. Llueve mansamente sobre una ciudad que se lo merece. Yo suelo elegir estos días para poner dos lavadoras, ya ves, y luego no sé que hacer con la ropa y la pongo por los radiadores y por aquí y por allá y acaba la casa como una tienda de trapos oliendo a perlán.
Me pone respirar, y a veces respirar me mata.
Me pone el calorcito de un cuerpo en la cama.
Me pone un libro, una canción
y a veces un libro o una canción me matan.
Podría ir de camello en camello
pero, ya ves, me conformo con drogas baratas.
Pequeñas historias, melodías de insomnio, mensajes en envases de aire, días de tristelicidad...
viernes, 28 de abril de 2006
jueves, 27 de abril de 2006
Fidelidad II
A las 3 se le había reblandecido una tristeza. De tanto llover y llover, supuso. Vencido por el tiempo cronológico y también por el meteorológico se dirigió al dormitorio. Se acostó con el periódico del día y una aprensión: 3. Demasiados para una cama de 1,35.
Así que intentó desalojar a la aprensión. Era lo más cómodo. Pero no había manera. Se aferraba a las sábanas como si tuviera velcro. Después de luchar un rato, pensó que no lo conseguiría. Era demasiado tarde y tenía sueño.
Por eso echó al periódico.
Los periódicos, no sé si os habéis fijado, se quedan al lado de la cama mansamente, y es muy raro que se alejen durante la noche. En este mundo raro e inestable, se agradecen estas fidelidades de papel.
Así que intentó desalojar a la aprensión. Era lo más cómodo. Pero no había manera. Se aferraba a las sábanas como si tuviera velcro. Después de luchar un rato, pensó que no lo conseguiría. Era demasiado tarde y tenía sueño.
Por eso echó al periódico.
Los periódicos, no sé si os habéis fijado, se quedan al lado de la cama mansamente, y es muy raro que se alejen durante la noche. En este mundo raro e inestable, se agradecen estas fidelidades de papel.
miércoles, 26 de abril de 2006
Estrella de Mar

Era salvaje y mimosa. Mentirosa y terriblemente sincera. Mientras dormía en mi cama noté que su cuerpo emitía luz, brillaba. Era celeste. A la mañana siguiente intenté retenerla con un cruasán caliente, un café edulcorado con besos y una propuesta de matrimonio en régimen de separación de bienes.
Me miró tiernamente y dijo: "A veces siento que me gustaría ser normal y quedarme a vivir entre tus brazos. Desearía que tus caricias fueran suficientes para mitigar el picor que producen las dudas. Pero me nacieron bajo el influjo de una luna rara. Y es por eso que prefiero ser pulpo que estrella de mar."
No se le pueden poner vallas a la playa.
martes, 25 de abril de 2006
lunes, 24 de abril de 2006
Teorema del amor
Si el amor es un entero mayor o igual que 3, entonces no existen números enteros x, y y z (excepto la solución trivial: x = 0, y=0, z=0) tales que cumplan la igualdad: zn=xn+yn.
El Último Teorema de Fermat no habla del amor, habla de n. ¿Qué es n. sino el amor?
El Último Teorema de Fermat no habla del amor, habla de n. ¿Qué es n. sino el amor?
domingo, 23 de abril de 2006
Tus manos
Tus manos,
los años de mi vida
yo caminé buscándolas.
Subí las escaleras,
crucé los arrecifes,
me llevaron los trenes,
las aguas me bajaron,
y en la piel de las uvas
me pareció tocarte.
La madera de pronto
me trajo tu contacto,
la almendra me anunciaba
tu suavidad secreta,
hasta que se cerraron
tus manos en mi pecho,
y así como dos alas
terminaron su viaje.
Pablo Neruda
" Los versos del Capitán"-1950
Estos versos nos los manda una mano anónima. Gracias.
los años de mi vida
yo caminé buscándolas.
Subí las escaleras,
crucé los arrecifes,
me llevaron los trenes,
las aguas me bajaron,
y en la piel de las uvas
me pareció tocarte.
La madera de pronto
me trajo tu contacto,
la almendra me anunciaba
tu suavidad secreta,
hasta que se cerraron
tus manos en mi pecho,
y así como dos alas
terminaron su viaje.
Pablo Neruda
" Los versos del Capitán"-1950
Estos versos nos los manda una mano anónima. Gracias.
viernes, 21 de abril de 2006
Ella
Los besos más hermosos me los ha dado ella. Las caricias más sutiles. Los susurros más ligeros. Apoyó la cabeza en mi hombro, rodeó mi brazo derecho con los suyos y me miró. Lo intuí, porque yo llevaba la vista clavada en la carretera y una sonrisa boba colgando de la boca. Los besos más hermosos me los ha dado ella. Nó sé quién es, ni el porqué de su presencia. No quiero que se vaya. Esto es un sueño, y los sueños no son verdad. O sí. Sus besos no se pueden contar. Son hermosos.
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