Es uno de mis platos favoritos y hoy, la dorada a la sal me ha quedado perfecta.
Incluso aa sido sencillo retirar la costra.
Muy jugosa.
Había tomado de entrante una tapa de lentejas. Muy ricas también.
Sonaba un cedé de boleros que me han regalado unos Reyes Magos imprevistos.
En la lavadora daban vueltas 7 almohadas blancas de la última producción.
No he visto todavía Pulp Fiction, esta noche puede ser un buen momento.
Me considero un tipo muy normal. Al menos esta noche.
Doy unos pasos de baile en el salón con una compañera imaginaria. Las compañeras imaginarias de baile nunca te pisan los pies. Eso es lo bueno que tienen. Lo malo es que dan poca conversación.
Pequeñas historias, melodías de insomnio, mensajes en envases de aire, días de tristelicidad...
sábado, 12 de enero de 2008
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