Trabajé el aire
se lo entregué al viento:
voló, se deshizo,
se volvió silencio.
Por el ancho mar,
por los altos cielos,
trabajé la nada,
realicé el esfuerzo,
perforé la luz
ahondé el misterio.
Para nada, ahora,
para nada, luego;
humo son mis obras,
cenizas mis hechos.
Y mi corazón
que se queda en ellos.
A. González
Pequeñas historias, melodías de insomnio, mensajes en envases de aire, días de tristelicidad...
martes, 26 de agosto de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Escribiendo en la cama
Estoy escribiendo en la cama. Tú duermes. Hace mucho calor esta primera noche del verano. Es por eso que has apartado la colcha de un...
-
Ayer fue miércoles toda la mañana: por la tarde cambió, se puso casi lunes, (...) Ángel González (Lo mandó Lomix . Gracias)
-
Me he levantado esta mañana contento. Cantando cosas del Dúo Dinámico que debieron quedar fosilizadas en los rincones de la memoria como pe...
-
Hace un tiempo que me preocupa una duda: ¿estáis ahí? Supongo que sí: el contador sigue creciendo pero... hay muy pocos comentarios. No es q...
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¡Muchas gracias por comentar!