domingo, 19 de octubre de 2008

Justo en este instante

La frase que me puso era diáfana. Llevaba un salto de párrafo delante y otro detrás, a modo de marco. Y se balanceaba dentro del mensaje como un racimo de uvas huérfano en una parra de ciudad..

Por eso la mordí, por eso y porque empezaba con minúscula y terminaba con la palabra "intensa". Por eso y porque yo, en otra vida, fui pez (aunque en ésta sea lagartija),

Juraría que esa frase iba a un cuerpo un puntito mayor que el resto.

Uno se echa a los ojos el email entero, pero elige muy bien las frases que se lleva a la boca. Por precaución.

La puntuación era ortodoxa, y contrastaba con la trangresora minúscula primera. La transgresión es marca de la casa. No sé si lo he dicho. Es como la firma.

Normalmente la arial me deja indiferente, y no suelo sacar del celofán cualquier cosa que me llega. Tengo un paladar más selecto que Firmin (de Sam Savage) Pero esta frase era como una foto, o una holografía, o un espejo... o era la propia autora pasteurizada o yo lo quise ver así. Diablos, qué más da. Desde luego el sabor no era tanto a diccionario rancio como a... carne al punto. De ave. Tiene gracia, yo siempre había acercado la boca a otras anatomías primero, nunca a las letras de una chica. Será que me estoy haciendo viejo. O simplemente descarado. Goloso.

Consumir preferentemente... justo en este instante.

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