La Torre Eiffel es uno de los mejores sitios del mundo para darse besos con lengua.
O de tornillo.
No lo he podido constatar en carne propia (en los morros propios), he estado en dos ocasiones y nada.
Pero lo he visto con mis propios ojos, parejas de todos los colores se morreaban en la barandilla. Es como cuando llegas a una fiesta de la cerveza y ves a cada uno con su jarra... pues te apetece, normal.
De la misma manera que se le dice al transeúnte "no le importaría hacerme una foto" yo estuve a un tris de pedirle al ascensorista: "¿hace un piquito, monsieur?".
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¡Muchas gracias por comentar!