Cuando N es un número mayor que 40.
N veces me han dicho que leían este blog como un diario y N veces he contestado que todo es mentira y que cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.
Es muy fácil, pero que muy fácil, proyectar a la persona que conocemos sobre cosas que escribe y ajustar sus escritos a retazos de su vida que conocemos. Más o menos.
La vecina de Paul Auster, salvando las distancias, seguro que declara a los cuatro vientos que este detalle de Tombuctú, tiene exactamente que ver con nosequé anécdota que le pasó a ella con Paul, un día que se cruzaron en las escaleras.
Que yo lo respeto todo. Que siempre he escuchado lo que me han dicho, pero que ni refuto, ni contradigo. Sólo insisto en que este blog ni es, ni pretende ser un diario y que cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.
Dicho esto, voy a contaros una cosa que me pasó esta mañana...
Pequeñas historias, melodías de insomnio, mensajes en envases de aire, días de tristelicidad...
domingo, 28 de septiembre de 2008
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