Van pasando los días y me pregunto si todo el ir y venir valdrá para algo.
Creo que, a la postre, la mayor parte de nuestros movimientos no sirve para nada.
Y en una curva del camino miramos hacia atrás y vemos que hemos gastado las ruedas en ir a ningún sitio.
Ni el aire se acordará de nuestra forma, mucho menos el camino guardará nuestras huellas.
Se me hace mayor mi niña. Sus piernas son cada vez más largas.
Bueno.
Si todo el sentimiento que le tengo se le quedara en una sonrisa, aunque fuese sólo una. O en una célula, o en una neurona...
Entonces todo el camino habría servido para algo.
Pequeñas historias, melodías de insomnio, mensajes en envases de aire, días de tristelicidad...
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Todos los caminos sirven para algo, y llevan a alguna parte. En el aire quedan guardadas esencias, aromas y momentos que el viento lleva a otra parte, donde la gente que los respira y se deja llevar por ellos crean otros momentos.
ResponderEliminarTodo en la vida está interconectado. La Tierra, la vida, el ahora, son sistemas hipercomplejos, donde una cosa siempre acaba teniendo efecto en otra. Incluso aunque no lo creas tus palabras y tus deseos...
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