Ha llegado la primavera. Lo noto porque la tentación de extender la hamaca en la terraza era grande. La noche lo merecía.
Tiendo un rato. Me gusta el olor de la ropa recien salida de la lavadora.
Plancho unos pantalones que tienen que llevar la raya perfecta. Son los únicos que tengo de raya perfecta. Me cuesta bastante -es la primera vez- y recurro a mis conocimientos de geometría. No hay manera. Decido que llevarlos con alguna arruga es indigno. En cambio llevarlos arrugados por completo puede resultar muy in. El autoconsuelo no supera el control de calidad y se acepta la moción de postergar el problema pantalón para otro día en que las neuronas ofrezcan mejor rendimiento.
"Mindundi" otra palabra que se sube a la mesa y se queda ahí, tumbada desnuda, exhibiéndose. Dejándose mirar. Quiero decir, leer.
Han ascendido a mi cajera favorita de Caprabo y ya no es lo mismo pasar por ahí. La nueva está muy despistada, poco motivada, la veo poco motivada.
Ha llegado la primavera.
Pequeñas historias, melodías de insomnio, mensajes en envases de aire, días de tristelicidad...
jueves, 3 de abril de 2008
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