Hay gente que abre su casa, su corazón y sus ventanas. Que te dice pasa, quédate. Que te ofrece unas zapatillas, un té, un libro que se acaba de leer. Les adorna el don supremo de la generosidad.
Otros piensan que cuando dan, pierden. Que están mejor solos. Que se lo han ganado ellos, que es suyo y sólo suyo.
Vaya, qué putada.
Pequeñas historias, melodías de insomnio, mensajes en envases de aire, días de tristelicidad...
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dicen los indios de la India que la hospitalidad es hacer por los demas lo que nos gustaria que hicieran por nosotros y cuando se hace de corazón , es verdad que se nos devuelve con creces , todo lo que damos.
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