jueves, 14 de mayo de 2009

La otra noche


La otra noche llegaste tarde. Venías de una fiesta con la ropa descolocada, oliendo a humo de tabaco, acelerada. Me despertaste con una sonrisa dura y cómplice, retadora. Tu cara muy cerca de la mía, mostrándome varios gintonics. No podías esperar. Me preguntaste: ¿Y tú por qué escribes? ¿Por qué escribes eso? ¿Por qué escribes así?

La otra noche llegaste tarde. Y te contesté recién salido del sueño, con toda la verdad de la que soy capaz a las 4 de la mañana (que no es mucha: es toda): "Puede que sea un arrebato, o un desencanto, pero he visto corazones sangrando. Lo he visto en las luces de dos vespinos que se alejan. En una calle de Valladolid. Quién sabe, quizá sean el tuyo y el mío. ¿Que por qué escribo? Pues tenía que contarlo, no querrías que me lo quedara dentro"

-"No me digas eso, no seas cabrón, que sabes que Ricardo me ha traído esta noche en moto"

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