jueves, 14 de mayo de 2009

Vida conyugal

A cierta distancia te tengo.

Te espero.

Somos dos.

Somos uno.

No me toques. No te acerques. Por favor, por favor no te vayas.

Después de unos años nos queda esto. Y no sé si es una fortuna o una ruina. Es lo que tengo, es lo que soy. A nadie puedo echar la culpa, aunque, estás tan a mano que estoy tentada.

Las ventanas son los ojos de mi casa, sí. ¿Por qué lloran los colchones?

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