Eran las 2.22 de la madrugada. Llegó con los ojos abiertos y los pelos negros de punta. Hace seis años. Hoy. Y uno mira atrás y le pone fecha a cada momento y se da cuenta de todo lo que puede ocurrir en seis años. Y miras más atrás, cuando no estaba, y cómo las cosas tenían un sentido diferente. Y miras hacia adelante y un vértigo delicioso te recorre la espalda. Porque el vértigo recorre la espalda, como los dedos de ella, los besos de ella y el aliento de ella. Es una sensación similar a la que hemos sentido cuando hemos visto la foto de la mano que mete mano, a la que volvemos de vez en cuando para tener un vértigo furtivo, secreto, suave y sereno.
Es delicioso imaginar con qué se puede rellenar el papel en blanco que falta por desplegar.
Pequeñas historias, melodías de insomnio, mensajes en envases de aire, días de tristelicidad...
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Que bonito es esto mano que escribe.
ResponderEliminarNos tenías un poco abandonados, pero el pajaro bobo y este blog de hoy te recupera, muy recuperado.
Es delicioso imaginar... Gracias
Cenicienta ¿seguro que es la mano que escribe? Yo diría que es la otra. Aunque ultimamente no doy una.
ResponderEliminarNo das una, no Cuantró. Es la mano que escribe, que nos tiene abandonados. No más que cuando inicie viaje a tierras lejanas...
ResponderEliminar¡¡Felicidades O.!!
ResponderEliminar¿Quién llegó hace seis años? ¿Un bebe? ¿Una mujer? Podría ser un cumpleaños o un aniversario... En cualquier caso, ¡¡felicidades!!
ResponderEliminar(Yo también llegué hace unos cuantos años ese mismo día)
Me parece a mí que tenéis más datos de la mano que escribe que yo. Hay cosas que se me escapan.
ResponderEliminarMano que escribe, a ver si vienes a la fiesta que vamos a organizar y me cuentas más cosas de tu vida, que a este paso no gano el premio esta vez.
Iguazú, una mujer con los pelos negros de punta a las 2,22 de la madrugada, puede ser bella, pero yo diría que se refiere a un bebé.
Cuantró esta vez no hay premio, bueno y la otra tampoco, ahora que recuerdo. Pero hay que reconocer que últimamente estas despitadilla. Propongo un reto ¿de quién es el del glamour?
ResponderEliminarCenicienta, me pones en un brete (cómo me gusta esta expresión). No estoy en mis mejores momentos, he perdido mis dotes adivinatorias, como Luisito perdió el glamour.
ResponderEliminarYo creo que de la mano que toca pero ¡vaya usted a saber!
Yo también comí mortadela de aceitunas y pensando en esa época... no os han preguntado nunca ¿y tú de qué eras de tigretón, pantera rosa o bucanero?
Yo de tigretón, sin duda.
Cuantró se te olvidan los bonis. Yo era de Bony, con su chocolate y su mermelada de fresa, uhm.....
ResponderEliminarYo era de Pantera Rosa. El otro día en la revista integral decían que la Pantera Rosa tenía un 1% de hidratos de carbono, un 1% de grasa y que el resto eran colorantes cancerígenos. Si presentabas doce envoltorios te daban un curso gratis de macrobiótica.
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