Tenía una cinta que se atascaba al llegar a la mitad.
Y tenía en ella una canción de Ottis Reading grabada de la radio, que me ponía la carne de gallina. El caso es que ahora no recuerdo ni el título, ni el estribillo.
Tenía un radiocasete heredado que no rebobinada ni pa´lante ni pa´trás.
Tenía un bolígrafo BIC y mucho arte para dar vueltas.
Pequeñas historias, melodías de insomnio, mensajes en envases de aire, días de tristelicidad...
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Hay que tener mucho arte para dar vueltas, pero más arte hay que tener para pararse en el lugar preciso.
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