Trajo perejil y una poesía.
Un brillo de vodka en la mirada.
Tan temprano.
Una urgencia:
ponme un café ahora mismo.
O dos.
Le dio de fumar al cenicero.
Y a mí de beber, de sus labios.
P.W.
Lo he encontrado en una antología poética de un autor americano casi desconocido: Pendleton Wire. Lo recomiendo.
Pequeñas historias, melodías de insomnio, mensajes en envases de aire, días de tristelicidad...
miércoles, 1 de noviembre de 2006
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