Una mujer descalza en la boca de metro.
De pie.
Va bien vestida, espera a alguien.
Espera a alguien con la tranquilidad que da el estar seguro de que va a llegar.
Es de noche.
La boca de metro está en un barrio de las afueras.
Nadie entra ni sale, nadie camina por la calle. Ella sigue allí y yo la miro al pasar.
Me gustaría ser mujer descalza en la boca de metro.
De pie.
Y tener la certeza de que va a llegar.
¿Quién? No sé, alguien.
Estar tranquilo.
Sentir en la cara el aire fresco de la noche y en los pies el cemento aun caliente.
Pequeñas historias, melodías de insomnio, mensajes en envases de aire, días de tristelicidad...
miércoles, 15 de agosto de 2007
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