En una gasolinera, en la autopista.
Y está justo poniéndose el sol.
Ese mismo sol, detrás de esas mismas montañas... lo miró un califa.
Estoy seguro.. Una tarde de agosto como ésta.
Sintiendo, como yo ahora, que al ocultarse nos perdona.
Cuando aquí, en vez de fábricas y miles de casas y autopista y gasolinera, había vergel.
Vergel y califa.
El califa y yo tenemos el 99,9% del material genético idéntico. O quizá más. Una obsesión parecida en la cabeza. Un manojo de miedos muy similar.
Y un sol que, ocultándose, nos perdona.
En Córdoba. En una gasolinera junto a la autopista.
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