miércoles, 25 de junio de 2008

El Aparato

Un día se pusieron de acuerdo los ortodentistas y decidieron que todos los ciudadanos teníamos los dientes fatal.

Y probablemente tenían razón, yo por ejemplo tengo los dos incisivos centrales superiores un poco separados.

Primero se instaló en nuestra conciencia la necesidad de alinearnos los piños y luego la estética y la salud dental empezaron a mejorar. Ahora hay tres sectores en la población: los de impecable dienterío, los díscolos y los que llevan la boca con micro-andamios.

El aparato.

Han florecido las clínicas dentales en las calles. Hay anuncios en prensa y televisión invitando a tener una sonrisa blanca y perfecta.

Dentro de poco los psiquiatras se pondrán de acuerdo y -siguiendo el ejemplo de los ortodentistas- decidirán que también ellos quieren ser asiduos de los restaurantes más caros y los clubes de golf. Pondrán el dedo en la llaga de nuestra salud mental y en poco tiempo...

Pero el caso es que tendrán razón, tenemos las neuronas mucho peor que los dientes, los sarros de nuestros miedos y nuestras manías y nuestras fobias y...

¿Cómo se reconocerá a los clientes de la salud mental? ¿Cómo será, entonces el "aparato"?

1 comentario:

  1. El aparato se llama psicoterapeuta y ya está entre nosotros. Nos corrige nuestras desviaciones emocionales, las de la autoestima, las manías y las obsesiones. Cuesta también una pasta y empieza a ser de visita obligada junto con el dentista y el ginecólogo.

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