Se está bien aquí, dijo.
Y aquí era un viejo banco de madera, aquí era un atardecer de marzo, aquí era meter los brazos por las mangas de mi abrigo, aquí era una cocacola con los hielos derretidos, aquí eran los requiebros de unas ramas contra el cielo, aquí era un punto concreto de la conversación, aquí era el toctoc de un corazón grande, aquí era después de las lágrimas, aquí era antes del deseo, aquí era la brisa de un aliento, aquí era lo orondo de la luna, aquí era un manojito de besos, aquí era Madrid, aquí era una camisa blanca cubriendo una piel morena. Y un corte de pelo. Aquí era un estamos vivos.
Sí, se está bien aquí, pensé
Pequeñas historias, melodías de insomnio, mensajes en envases de aire, días de tristelicidad...
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ResponderEliminarY aquí, tambien.
ResponderEliminarSaludos.