domingo, 17 de julio de 2005

Daniel y yo

El viernes pasado quiso el destino que coincidiéramos Daniel Barenboim y yo en la Plaza Mayor de Madrid. A los dos nos había encargado un bolo el Ayuntamiento. Ahí se acaban las coincidencias. Bueno, no, hay otra: como todo el mundo sabe Daniel y yo somos músicos. Él tiene la ventaja del apellido, muy muy musical, Baremboin suena a redoble de timbales, no me digáis que no. El mío en cambio suena a embutido, yo habría tenido más futuro en el ámbito de la charcutería, pero no me importa, apechugo con mis carencias e intento superarlas con ánimo y trabajo.

Yo le envidio a Daniel el oído. Y él a mí la edad. Muchas veces me dice: joder tronco, si yo tuviera 35... (es una traducción libre, porque Daniel y yo hablamos en alemán, normalmente). Yo pienso: te jodes como Herodes, pero le digo: Ay Daniel, si yo tuviera tu oído... Por no desanimarlo.


Llegué a la Casa de la Panadería y un maromo de casi dos metros de estatura, muy aseado, con un auricular (pensé en un primer momento que estaría escuchando el partido, pero ayer no había partido) me dijo que no se podía pasar. Podía haberle explicado mi relación con Daniel pero opté por algo más rápido, decirle que trabajaba en lo de Alatriste. Estos chicos tienen un nivel de inteligencia muy elevado, pero les pagan para que lo disimulen celosamente, así que le tuve que echar una mano.
-¿No te han dado una lista de personas autorizadas, machote?
Lo de machote fue adrede, halagar la virilidad suele dar muy buenos resultados, a mí me lo hacen mis amantes y yo se lo hago a los seguretas. Mi nombre estaba en la lista y él solito fue capaz de encontrarlo. Lo felicité efusivamente y subí al cuarto piso.

Como camerino, un despacho abandonado es cutre, pero hay que reconocer que éste tiene unas vistas increibles. Desde ahí saqué la foto que ilustra este post y que demuestra la injusticia de que había muchísima gente de pie y, a la vez, asientos libres, en la zona de invitados. Eso está muy feo, y es más propio de la época feudal que de un alcalde enrollao en 2005.

2 comentarios:

  1. Lo siento Themis, pero una vez los VIPS estais situados y sobran sillas, podrían darlas al público ¿no?.
    No es porque yo lo tuviera que oir desde una terraza porque cerraron el acceso a las 8:55, justo 3 personas delante de mí. Es que, incluso cuando soy VIP, y veo casi 100 asientos libres reflexiono sobre lo de reservar hasta el final. Estoy de acuerdo con dos manos, propio del medievo.

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  2. Yo no soy VIP, pero lo que realmente me gusta es el juego de las sillas musicales: la música se detiene y los que quedan de pie lanzan su culo a la silla más próxima.

    ¡¡Qué emocionante, verdad!!

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Mudanza

Han pasado 7 años y pico desde que nació a2manos . Y ha sido una de las experiencias más emocionantes de mi vida. Auténtica, arriesgada...