Entonces vas y ya no puedes pedir explicaciones. Que yo qué te he hecho, que qué he dicho, que cómo dices que te he mirado... Nada. Ya no tienes cabeza y...
...Y miras la cabeza cortada -perdón, te mira ella a ti- y se oye decir desde allá abajo (esto te lo imaginas, porque tu punto de vista ha cambiado por completo y abajo es para la cabeza, pero no para ti, que eres mayoría... aún)... En fin, qué lío, que se oye decir por allá abajo: "¡Qué desastre! ¡Anda que perderme por una mujer!".
Te vas andandando sin cabeza. Sientes, pero no padeces. Bueno, es de lo que se trata. ¿O no tiene nada que ver?
Pequeñas historias, melodías de insomnio, mensajes en envases de aire, días de tristelicidad...
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