Qué torpe me siento
cuando, en la cocina,
con las palabras,
a plena luz del día,
no sé para dónde ir.
Te miro
y no encuentro una pista.
Qué torpe me siento.
En cambio qué sencillo
es encontrar el camino
cuando estamos desnudos,
y tu boca calla,
y la mía más,
y son mis manos las que hablan,
Y tu piel un mapa,
tan fácil de descifrar.
Pequeñas historias, melodías de insomnio, mensajes en envases de aire, días de tristelicidad...
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