Entro en Caprabo. Compro ocho cocacolas laitlimón, una bandeja de setas, un filete de fletán y cuarto de jamón york.
Lo pongo en la cinta mientras miro a la mujer que va delante de mí. Miro lo que ha comprado: san jacobos congelados, gratinado de berenjenas congelado, pizza congelada, patatas prefritas congeladas y una caja de helados. Y también le miro el culo, acorde a lo que ha comprado, anodino y frío.
Sé que la cajera me preguntará si tengo tarjeta de fidelidad de Caprabo, y ya me empiezo a poner nervioso. Pero si le he contestado varias veces, a todas y cada una de las cajeras, que no. ¡Que no!, ¡que no! Esta es la del piercing en la ceja, a ésta también, concretamente el viernes.
.....-Once euros con veinte ¿tiene tarjeta de Caprabo?
.....-No
.....-¿Quiere hacérsela?
.....-Fidelidad... si yo le contara.
Pequeñas historias, melodías de insomnio, mensajes en envases de aire, días de tristelicidad...
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ResponderEliminarSí, me gustan las setas, qué pasa.
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