Justo el momento en que abres los ojos después de dormir toda la noche tiene una cualidad especial. Hay gente que no sabe apreciarla porque inmediatamente se le va el pensamiento al primer item de la agenda y lo estropea.
El momento en que abres los ojos es una fruta efímera, pero deliciosa, porque en ella se mezclan los sabores del sueño y la vigilia. Es como un delta con aguas saladas y dulces, y los animales y plantas que lo habitan son por ello muy especiales. Para ti, que de biología y de imágenes poéticas ni idea, lo concretaré en que el momento en que abres los ojos no es ni chicha, ni limoná.
Yo recomiendo a todo el mundo que se detenga a saborear estos instantes en los que la razón intenta encerrar en una mazmorra a lo onírico para tenerlo todo el día ahí metido y que no moleste a la productividad; los recomiendo porque son entretenidos y enriquecedores. No vayáis a pensar que son pajas mentales mías, lo dicen científicos muy serios.
No sé con qué diablos habré soñado esta noche pero me he despertado acompañado por todas mis ex, cada una en su cama. Cada una con una compañía y alguna sola (vaya por Dios). Estaban dispuestas en abanico como las cartas en una mano y no he podido evitar fijarme en sus pijamas (alguna camisón, alguna nada). En sus compañeros. En sus edredones. En sus despeinadas pelambreras. Todas, todas, todas tenían un calorcito dormilón (es una pena que no se aproveche esa energía, porque mira que es renovable) Todas tenían un rostro beatífico, muy lejano a esos caretos tensos cargados de ira que alguna vez me dedicaron. Y en la esquina de la imagen aparecía su aliento, el de cada una. Con distintos matices pero todos ellos apestosos, no tanto por su condición de exes como por la hora.
Me he levantado y, ya estaba llegando a la cocina, cuando me he dado la vuelta y he ido a lavarme los dientes.
Antes de desayunar.
Pequeñas historias, melodías de insomnio, mensajes en envases de aire, días de tristelicidad...
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qué suerte! yo ni pienso, ni hablo, ni siento, ni padezco... ni me acuerdo de mis sueños, ni nada de nada....
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