...no me puedo quejar. No debo. Pero en las últimas semanas mi vida es pura convulsión. Hoy estoy asomado al abismo, al vacío. Siento vértigo, miedo. Quiero y no quiero. Pienso en cómo debe ser la soga que rodee mi cuello y dónde la debo colgar. Así estoy.
No me puedo quejar. No debo. ¿Por qué no? De golpe todo da vueltas en mi cabeza, siento una insoportable opresión en el pecho y un dolor en la boca del estómago que sólo me provoca náuseas.
No me puedo quejar. No debo. Tengo ganas de llorar, porque he perdido el control de mi vida justo cuando no debía. No sé cómo recuperarlo, y eso sólo me hace pensar en lo que muchas veces he pensado. No me puedo quejar. No debo. No haré nada. Aunque sé que nunca jamás hay segundas oportunidades.
¡Mierda!
Pequeñas historias, melodías de insomnio, mensajes en envases de aire, días de tristelicidad...
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En los ultimos meses mi vida es pura convulsion. Y en los ultimos años.
ResponderEliminarIntento recuperar el control. Unos dias puedo, otros no.