martes, 20 de enero de 2009

La multera

Le he pedido salir a una multera.

No ha sido premeditado. Estaba paseando por mi calle, mirando los parabrisas... me he acercado y le he pedido salir.

Pedirle salir a una multera resulta paradójico, porque las multeras están siempre fuera.

Eso es lo que me ha dicho. Pero era de Parla, y guasona, y lo ha expresado con rotundidad:

-¿Salir a mí? ¿No me has visto?, si esto todo el día de aquí para allá. Si me pidieras entrar lo entendería, pero ¿salir? Yo estoy ya salida.

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