El otro día, en cambio, iba caminando por un parque pensando en mis cosas -los materialistas convencidos también pensamos en nuestras cosas- atosigado con una serie de preguntas sobre mi estado actual y sobre mi futuro -quien soy, de dónde vengo y a dónde voy; un clásico- cuando me encontré esta señal:
El mensaje no podía ser más claro: "tu vida está en obras". Me quedé de una pieza, ¡qué precisión! ¡qué tino!
Y unos pasos más adelante esta otra:
"Sigue adelante". Magnífico.
Y decidí hacerles caso. Por probar...
!Y dale con que el ombligo es de Cuantró!
ResponderEliminar(o la foto, ya no sé)...
De todas formas en mi próxima exposición fotográfica -nunca he expuesto, ni creo que lo haga- titularé a la foto:
"El ombligo de Cuantró"
Te miro y no estás aquí, no te empeñes tanto, tú y yo sabemos que realmente es mi ombligo.
ResponderEliminarLo que no sé es cómo lo sabrá dos manos.
pero bueno Cuantró... la verdad es que no lo había identificado como tu ombligo, la verdad. Ni con tu ropa interior...
ResponderEliminarSi es que no te fijas bien, anonymousquesabeescribircuantró.
ResponderEliminarAunque tampoco había mucha luz en aquel motel de Leganés que nos buscaron las dos manos...